Redacción: Fer Valdep
Investigadores de la Universidad Estatal de Iowa han propuesto usar aceite biológico (bio-aceite) producido mediante pirólisis rápida de residuos vegetales —como el rastrojo de maíz— para rellenar pozos petroleros abandonados y así devolver carbono al subsuelo. El estudio, liderado por el profesor Mark Mba-Wright, plantea que este método aprovecha la biomasa sobrante y la infraestructura subterránea existente para lograr una captura de carbono duradera.
La investigación detalla un sistema modular con unidades móviles de pirólisis, capaces de procesar unas 10 toneladas de materia prima al día, transformándola en aceite biológico, carbón vegetal (biochar) y gases reutilizables. El carbón vegetal podría venderse como mejorador de suelos en la agricultura, mientras que el aceite biológico, denso y rico en carbono, sería el producto destinado al almacenamiento permanente en pozos vacíos.
En términos económicos, el análisis estima un costo de remoción cercano a 152 dólares por tonelada de CO₂, con variaciones según el tipo de biomasa (por ejemplo, alrededor de 100 USD/ton en el caso de residuos de madera). Cada unidad móvil tendría un costo aproximado de 1.3 millones de dólares y el aceite biológico requeriría un precio de venta mínimo de 175 USD por tonelada para ser rentable. Los investigadores sugieren que las economías de escala y las mejoras técnicas reducirían esos costos con el tiempo.
El trabajo también subraya beneficios adicionales: reduce riesgos y gastos asociados a los pozos abandonados, crea nuevos mercados para residuos agrícolas y forestales, y compite favorablemente con tecnologías como la captura directa de aire, al ofrecer menores inversiones iniciales y beneficios locales inmediatos.