Así como yo, muchas mexicanas y mexicanos nos preguntamos qué está pasando en México a partir de los méritos de nuestros antepasados como vencedores gloriosos recordando que quien escribe la historia es el vencedor y no el vencido.
Aclaro, que no soy adversario del presidente de México, pero tampoco soy su amigo, no soy conservador, no soy fifí, me interesa México, y si he de mencionar algunos logros de Gobiernos pasados, eso no quiere decir que defienda los atropellos que realizaron, en un país con tanta complejidad, todos han tenido bueno y malo, y no se puede explicar de otra manera, porque la llamada cuarta transformación no se gestó desde un mundo paralelo, precisamente muchos de los que ahora son Gobernantes, antes fueron líderes del entonces partido en el poder, muchos vivieron del “presupuesto”, muchos que ahora alaban la transformación, solo bastaría con revisar su historia curricular para saber a qué grupos del poder estuvieron ligados.
Resulta entendible que así suceda, porque hasta hace poco más de 20 años, sólo un partido político había gobernado el país durante décadas, lo que no resulta atendible es que los errores del pasado sean la justificación para continuar equivocándose en el presente.
Desde hace más de 40 años, a lo largo de muchas campañas políticas, muchos candidatos que llegaron a cargos de elección popular se comprometieron a erradicar la corrupción y la inseguridad, sólo hay que revisar archivos históricos de ello, ya se vivían escándalos de corrupción, de nepotismo, había violencia producto de la delincuencia organizada e infamias que siguen sucediendo hasta nuestros días y hasta la fecha, todas las soluciones planteadas, incluidas las actuales, son buenas ideas que ya en la realidad por la complejidad que tiene nuestra sociedad y los matices de México que existen en todo el territorio nacional, no se materializan.
Hemos visto a lo largo de los años, que las cosas no van bien, Gobiernos van, Gobiernos vienen y no se en qué momento dejamos sin oportunidades a personas talentosas no tan solo para hacer política, para Gobernar.
Actualmente, se mantienen a la vista de todos, la contradicción entre los hechos y los discursos, entre la realidad que más allá de lo dicho, hace aún más evidente que hay una problemática que se trata de ocultar o maquillar o evadir.
Hacer campaña con el único afán de ganar, comprometerse con cualquier cantidad de promesas con los votantes, es uno de los aspectos que se ha convertido en una práctica común para los candidatos, es irresponsable generar en el entorno de una campaña política promesas que se sabe perfectamente no se van a cumplir, porque algo que el “pueblo” no entendemos con claridad, es si desde que se comprometió ese tema, se sabía que no se iba a cumplir o por la incapacidad para cumplirlo es manifiesta.
Algunos dirán que esto no se dijo cuando en sus palabras se comenzó a vender el país a manos extranjeras o cuando los escándalos de la casa blanca o quizá una centena de otros capítulos de la reciente historia de México llenos de corrupción e historias inciertas, sin embargo, la realidad que vivimos ahora con las promesas efectuadas es la congruencia que debe existir o ¿a qué aspiran los partidos políticos y los candidatos en las próximas campañas políticas? ¿a continuar apostándole a promesas incumplidas? ¿a continuar ofendiendo la inteligencia del ciudadano? ¿Qué acaso en el país no existen personas talentosas que puedan desarrollar mejor el trabajo político o la gestión administrativa? ¿debemos vivir confrontados en el “autoritarismo” que se demuestra todas las mañanas? porque resulta evidente que mucho de lo que se comprometió en la última campaña presidencial, se hizo así para aprovechar los errores, torpeza y abusos de quienes detentaban el poder y así ganar la elección, a manera de ejemplo, los altos índices de violencia en el país no representan después de años de trabajo y una reunión diaria, un tema que genere orgullo, la delincuencia organizada en el país sigue conservando y consolidando poder.
Para erradicar la corrupción o para potenciar la economía del país hacen falta personas inteligentes y no serviles funcionarios que todo justifican: los errores, la ignorancia y los abusos.
Merecemos más que esto como mexicanos y mexicanas que buscamos un mejor país para los años venideros.
No podemos continuar en un país con campañas políticas basadas en “Marketing político” que se les olvida analizar la problemática real de sus votantes, y evitan generar el consenso con expertos en temas de seguridad, en temas de políticas públicas, en educación, en economía, en salud, entendiendo que vamos a las elecciones federales del 2024, no estamos en 1824, ni siquiera en 1976.
Hace falta un vínculo de los partidos políticos y candidatos real con sus votantes, hacerlo de otra manera y justificar que “el pueblo” así lo pide, hace también evidente que hay una realidad retórica que no debe existir mas en un México comunicado, informado en datos reales, porque, así como en 1988 “se cayó el sistema” ante los ojos y miradas de todas y de todos, hoy existen “otros datos” y aún así después de tantos años de esfuerzo democrático, los partidos políticos y sus líderes se pueden convertir en cómplices de violentar la inteligencia de la ciudadanía.
Aquí no se trata de apoyar a como de lugar o atacar sin consideración, de lo que se trata es de determinar si vamos a avanzar o vamos a retroceder, la gestión pública es muy compleja porque requiere análisis, estudio, preparación, no improvisación o ideas del pasado que han evolucionado a otras realidades que debemos darnos la oportunidad de analizar, aclaro que no soy adversario, es el sentido común de muchas y muchos mexicanos al ver que la transformación puede estarse convirtiendo en destrucción.
Mtro. Antonio Horacio Gamboa Chabbán
Presidente del Colegio de Abogados de América Latina, A.C.
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