Redacción: Enrique Hernández
En el municipio de Huimanguillo, Tabasco, se ha registrado la muerte de al menos 1,500 reses en los últimos 10 días debido a intoxicaciones relacionadas con el consumo de pollinaza, un subproducto derivado de residuos de aves de engorda utilizado en la alimentación bovina. Las autoridades locales han iniciado inspecciones para determinar las causas exactas y han emitido recomendaciones a los ganaderos para limitar el uso de pollinaza en la dieta del ganado.
Este problema no es nuevo en la región; desde el año 2000, se han reportado casos similares, especialmente durante épocas de sequía cuando los recursos alimenticios para el ganado son más escasos. Los expertos sugieren que la intoxicación podría estar relacionada con un consumo excesivo de pollinaza o con su contaminación por microorganismos nocivos. Se recomienda que la pollinaza no supere el 10-15% de la dieta total del animal y que se someta a tratamientos térmicos adecuados antes de su uso.
Ganaderos afectados, como los hermanos Valencia Carranza, han reportado pérdidas significativas, llegando a perder casi la totalidad de su hato ganadero. Según el censo agropecuario de 2022, Tabasco cuenta con aproximadamente 1.4 millones de reses, y el sector ganadero representa el 4% de la economía estatal. La implementación de protocolos de manejo de crisis y las inspecciones necesarias representan un costo adicional para los productores, quienes aún esperan determinar el tipo y la cuantía de la ayuda que recibirán por parte de las autoridades.
Las autoridades sanitarias y agropecuarias continúan monitoreando la situación y han instado a los ganaderos a seguir las recomendaciones para prevenir más casos de intoxicación. Se espera que, con la colaboración de todos los involucrados, se puedan implementar medidas efectivas para garantizar la seguridad alimentaria del ganado en la región.















