Redacción: José Sahagún

Desde su comparecencia ante diputados, la secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, admitió que el Tren Maya, específicamente en su Tramo 5, generó afectaciones ambientales en ocho cavernas y cenotes de Quintana Roo. Las obras, dijo, demandan acciones de limpieza, retiro de concreto y regularización de permisos.
Bárcena explicó que al asumir el cargo el 1 de octubre de 2024, el proyecto ya estaba en marcha, por lo que su administración no lo heredó desde cero. Aun así, reconoció que la obra emergente debía someterse a revisión y cumplimiento de condicionantes ambientales, proceso que aún no está completado.
Estado de permisos y regularización
Durante la sesión, la secretaria manifestó que se están revisando todos los permisos existentes del Tren Maya: los que se otorgaron, los que faltan y las obras que no están completamente reguladas. El objetivo es “regularizar la obra”, aplicando condicionantes ambientales para evitar nuevos daños y reparar los ya generados.
Bárcena precisó que se exige que el 95 % de las medidas de mitigación impuestas sean cumplidas y que el proyecto reconozca los trámites pendientes.
Cenotes y cavernas afectados
El tramo 5, que conecta Cancún y Tulum, atraviesa un área con sistemas kársticos característicos de cenotes y cavernas. Bárcena aseguró que estos cuerpos de agua subterráneos resultaron dañados durante la construcción y que ahora se trabaja en tareas de remediación, incluyendo el retiro del concreto depositado sobre las cavidades naturales.
Coordinación interinstitucional y acciones
Para supervisar el cumplimiento ambiental, se conformó un grupo interinstitucional con representantes de Semarnat, Profepa y del propio Tren Maya, que se reúne semanalmente. En estas sesiones se evalúan permisos pendientes, condicionantes incumplidas y avances de restauración ecológica.
Además, Bárcena afirmó que se han cuantificado las áreas necesarias para reforestación como parte de la compensación por cambio de uso de suelo, que representa cerca del 45 % de las intervenciones realizadas en el tramo.
Desafíos y expectativas
Los diputados cuestionaron la viabilidad de restaurar de forma completa los ecosistemas afectados y la transparencia del proyecto. Algunos plantearon que los permisos deberían revisarse desde cero y que las sanciones a obra irregular no deben limitarse a ajustes menores.
Bárcena aceptó que el reto es inmenso. Reconoció que no basta con admitir los daños: es necesario actuar con urgencia, responsabilizar a quienes los causaron y restaurar el equilibrio ecológico en las zonas más vulnerables del sureste mexicano.
Con este reconocimiento oficial, el gobierno da un paso poco común: admitir públicamente los impactos de una obra de gran escala. Ahora, la credibilidad de las acciones posteriores dependerá de la eficacia con que se implementen medidas de mitigación y restauración.

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