Redacción: Inés Arroyo
Científicos advierten que el Amazonas y Groenlandia podrían estar próximos a cruzar puntos de inflexión climáticos irreversibles, límites a partir de los cuales los procesos de degradación ambiental se vuelven permanentes y autónomos. Superarlos podría generar cambios dramáticos en los ecosistemas y acelerar el calentamiento global.
En la selva amazónica, la pérdida de árboles reduce la formación de nubes y lluvias, intensificando sequías y fuegos que aceleran la deforestación. Si se supera un determinado umbral, grandes extensiones podrían convertirse en sabana, liberando miles de millones de toneladas de dióxido de carbono. En Groenlandia, el deshielo de su capa de hielo amenaza con elevar el nivel del mar más de siete metros, mientras que el colapso de la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC), corriente clave para el clima europeo, afectaría gravemente la agricultura y las precipitaciones del continente.
Aún no se conoce con exactitud el nivel de calentamiento que activaría cada punto de inflexión. Los modelos científicos estiman que Groenlandia podría verse afectada con un aumento de 0,8°C a 3°C respecto a niveles preindustriales, mientras que el Amazonas tiene un rango estimado de 2°C a 6°C, acelerado por la deforestación. Además, la interacción entre estos fenómenos puede generar efectos en cadena: el agua dulce liberada por Groenlandia podría debilitar la AMOC y alterar las lluvias amazónicas.
Para anticipar estos riesgos, la Agencia Británica de Investigación e Innovación Avanzada (ARIA) lanzó un programa de cinco años con 109 millones de dólares, destinado a desarrollar sistemas de alerta temprana. La iniciativa combina drones submarinos, robots, sensores y redes 4G para monitorear Groenlandia y el Amazonas, integrando datos en sistemas que ayuden a los responsables políticos a tomar decisiones oportunas.
A pesar de estos esfuerzos, la preparación gubernamental sigue siendo limitada. Expertos como Laurie Laybourn, de la Strategic Climate Risks Initiative, señalan que pocos altos funcionarios incluyen los riesgos de los puntos de inflexión en su agenda, mientras que se destinan recursos a amenazas más conocidas, como las pandemias. Además, algunos científicos advierten que enfocar demasiada atención en estos umbrales podría generar fatalismo social o desviar recursos de acciones de mitigación y adaptación.
El interés internacional crece. Recientes conferencias en Exeter reunieron a científicos, aseguradoras y organizaciones humanitarias para analizar los desafíos que representan estos puntos de inflexión. La COP30, programada en Belém, Brasil, pondrá especial atención en este tema, reconociendo al Amazonas como un área de vulnerabilidad climática crítica.
La comunidad científica es clara: los límites del planeta se acercan y la combinación de tecnología avanzada y acción política decidida será clave para evitar cambios irreversibles que afecten a las próximas generaciones.
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