Redacción: Naome Zavala
Con el verano de 2025 a la vuelta de la esquina, las espectaculares playas de Quintana Roo, imán para millones de turistas, enfrentan una inminente invasión: la llegada de casi 500 toneladas de sargazo. Este fenómeno, advierte Leticia Durand Smith, investigadora de la UNAM, amenaza con superar los niveles históricos y convertirse en un desafío ambiental y turístico sin precedentes para el Caribe mexicano.
La experta del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM es contundente: la cantidad de sargazo que se espera en las próximas semanas superará los picos registrados en 2018 y 2023. Los pronósticos de la UNAM son preocupantes, indicando un aumento del 40% en el arribo de esta alga flotante a las costas de Quintana Roo. Aunque el sargazo es vital para el ecosistema marino, su proliferación masiva se ha transformado en una pesadilla logística y económica, afectando la belleza de las playas y la experiencia de los visitantes.
Este incremento inusual del sargazo se relaciona con complejidades oceanográficas, donde factores como el aumento de la temperatura del mar y cambios en las corrientes oceánicas, frecuentemente vinculados al cambio climático, juegan un papel crucial. La acumulación de esta biomasa no solo transforma el paisaje paradisíaco en una alfombra marrón maloliente, sino que su descomposición impacta negativamente la vida marina costera y la calidad del agua, poniendo en riesgo la biodiversidad local y, por ende, la principal fuente de ingresos de la región: el turismo.
Morelos (65 toneladas cada una) son las más vulnerables a ser cubiertas en menos de 24 horas. Hasta la fecha, la Semar ha logrado recolectar cerca de 4,236 toneladas de sargazo en los siete puertos del estado, una muestra del titánico esfuerzo que se avecina.
La crisis del sargazo en Quintana Roo es más que un simple problema de limpieza; es un claro síntoma de la interacción entre fenómenos naturales y el impacto de la actividad humana en el planeta. Subraya la urgencia de invertir en investigación, desarrollo de tecnologías sostenibles para su manejo y una planificación a largo plazo que proteja este tesoro natural y turístico de México.
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