Iniciativa pública y Medio ambiente

Anfibios en peligro: cómo el cambio climático amenaza a 2,000 especies 

Redactor: Joel Charles

El calentamiento global y el aumento de los niveles de humedad están ejerciendo una creciente presión sobre los anfibios, lo que ha llevado a que más del 40 por ciento de las especies estudiadas se encuentren en riesgo de extinción. Esta alarma surge de una nueva evaluación global, publicada en la revista Nature, que arroja luz sobre por qué los anfibios se han convertido en uno de los grupos de animales más vulnerables frente a la crisis climática. 

El Índice de la Lista Roja (RLI) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se encarga de documentar las tendencias de riesgo de extinción de diversas especies, proporcionando información vital para la planificación de la conservación. La Evaluación Global de Anfibios (GAA1) realizada en 2004, ya alertaba sobre la delicada situación de estas criaturas, que en ese momento se consideraban la clase de vertebrados más amenazada en el mundo. 

Sin embargo, la situación no ha mejorado; al contrario, ha empeorado. La nueva evaluación muestra un aumento del 39 por ciento en el riesgo de extinción de las especies de anfibios estudiadas desde 2004. La pérdida de hábitat, principalmente debido a la expansión de la agricultura y la ganadería, continúa siendo la principal amenaza para los anfibios en todo el mundo. Pero un número cada vez mayor de especies se encuentra al borde de la extinción debido a nuevas enfermedades y el cambio climático. 

Los anfibios son particularmente vulnerables debido a su complejo ciclo de vida, que a menudo requiere hábitats separados. Los cambios en los entornos acuáticos y terrestres pueden alterar estas fases críticas de su desarrollo. Además, su piel sensible los hace propensos a la contaminación química, bacterias e infecciones por hongos. La mayoría de los anfibios absorbe oxígeno a través de la piel, lo que los hace susceptibles a los cambios en los niveles de temperatura y humedad provocados por el cambio climático. 

La investigadora Patricia Burrowes, coautora del estudio e investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, señala que «las ranas, por ejemplo, suelen ser nocturnas. Si hace demasiado calor, no saldrán ni siquiera de noche porque perderían demasiada agua a través de la piel. Pero permanecer en lugares de descanso protegidos limita la capacidad de las ranas para comer y reproducirse». 

El presente año se encamina a ser uno de los más calurosos registrados a nivel mundial, con el verano más cálido en el hemisferio norte. El avance tecnológico en el rastreo de animales y la comprensión de las variaciones climáticas permitieron que este nuevo estudio utilizara datos más precisos que la evaluación de 2004, lo que arrojó una imagen más clara de los riesgos que enfrentan los anfibios. 

El estudio identificó las mayores concentraciones de especies de anfibios amenazadas en puntos críticos de biodiversidad, incluyendo las islas del Caribe, los Andes tropicales, Madagascar y Sri Lanka. Otros lugares con un gran número de anfibios amenazados incluyen el Bosque Atlántico de Brasil, el sur de China y el sureste de Estados Unidos. 

Los resultados de este estudio confirman que la crisis mundial de extinción de anfibios no ha disminuido. El cambio climático se ha convertido en un factor determinante que agrava otros riesgos, como el cambio en el uso de la tierra, los incendios forestales y las enfermedades. Por lo tanto, es imperativo que se investiguen e implementen acciones de conservación que aborden los efectos del cambio climático específicos para cada especie, especialmente aquellas identificadas como en riesgo inminente de sufrir una disminución grave en su población, concluyó la especialista Patricia Burrowes. 

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