Investigadores de Noruega y el Reino Unido desarrollaron modelos que permiten hacer proyecciones climáticas. Los efectos del cambio climático ya se están registrando. Desde los años 80, cada década ha sido más cálida que la anterior. Las tormentas destructivas se han vuelto más intensas y más frecuentes en muchas regiones. Se está incrementando el riesgo de sequías agrícolas, según informó las Naciones Unidas.
Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores de Noruega y el Reino Unido, publicado en la revista *Nature Geoscience*, arrojó más datos con proyecciones para el futuro. Casi tres de cada cuatro personas se enfrentarán a cambios climáticos extremos en las próximas dos décadas, según predice el estudio. Esta estimación inferior solo se alcanzaría al reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, algo que aún no se ha producido.
De no ser así, los modelos de Carley Iles, climatóloga que forma parte de CICERO y primera autora, revelaron que, si se sigue por el camino actual en las emisiones, esos peligrosos cambios afectarán al 70% de la población humana de la Tierra. Sus modelos también sugieren que gran parte de lo que está por venir ya está fijado.
Durante los últimos años, los datos del servicio climático europeo Copernicus han permitido detectar que la Tierra acaba de tener el verano más caluroso del hemisferio norte jamás registrado. El récord anterior databa del año 2022. El hemisferio sur también ha vivido un invierno cálido sin precedentes.
Este aumento de la temperatura global ha generado incendios de vegetación, inundaciones, tormentas y sequías que están diezmando las cosechas y provocando hambrunas cada vez más extendidas. También se crean condiciones favorables para la propagación de más enfermedades.
Los modelos de Iles y su equipo, publicados en *Nature Geoscience*, sugieren que los cambios climáticos extremos se producirán incluso más rápidamente de lo que hemos visto hasta ahora. Esto aumenta las posibilidades de que se produzcan sucesiva o incluso simultáneamente extremos más peligrosos en las temperaturas, la lluvia y los vientos.
Por ejemplo, el aumento de los rayos secos, combinado con condiciones de mayor sequedad, provoca incendios de vegetación (de bosques o de pastizales) más frecuentes e intensos en todo el mundo. En 2022, una grave ola de calor en Pakistán fue seguida inmediatamente por inundaciones sin precedentes, que afectaron a millones de personas.
“En el mejor de los casos, calculamos que los rápidos cambios afectarán a 1.500 millones de personas”, afirmó el físico Bjorn Samset, del Centro de Investigación Climática Internacional (CICERO) de Noruega y uno de los coautores.
“La sociedad parece especialmente vulnerable a las altas tasas de cambio de los fenómenos extremos, sobre todo cuando aumentan varios peligros a la vez”, explicaron los investigadores.
Las olas de calor pueden causar estrés térmico y exceso de mortalidad tanto de personas como de ganado, tensión en los ecosistemas, reducción de los rendimientos agrícolas, dificultades para refrigerar las centrales eléctricas y trastornos en el transporte.
“Del mismo modo, las precipitaciones extremas pueden provocar inundaciones y daños en asentamientos, infraestructuras, cultivos y ecosistemas, aumentar la erosión y reducir la calidad del agua”, expresaron.
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