Redacción: Enrique Hernández
El 20 de febrero de 2025, la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, informó que la deforestación en el país aumentó un 35% durante 2024, alcanzando los 1,070 kilómetros cuadrados de bosques arrasados. Este alarmante crecimiento contrasta con la reducción registrada en 2023, cuando la deforestación se situó en 792 kilómetros cuadrados, la cifra más baja en 23 años. Las zonas más afectadas son la región amazónica y partes de la Orinoquía, donde la tala ilegal, la expansión ganadera y la minería siguen siendo las principales causas de la destrucción forestal.
El informe revela que el 70% de la deforestación ocurre en la Amazonía colombiana, un ecosistema clave para la absorción de carbono y la regulación del clima global. Organizaciones ambientalistas han manifestado su preocupación por el retroceso en los avances logrados en los últimos años, señalando que la falta de medidas más estrictas contra las actividades ilícitas en los bosques está contribuyendo al problema. Asimismo, la ministra Muhamad señaló que la falta de financiamiento ha sido un factor determinante, ya que 70 millones de dólares en fondos ambientales de la USAID están congelados debido a decisiones tomadas por el expresidente Donald Trump para desmantelar la organización. Esto representa un duro golpe para los proyectos de conservación en la región.
A pesar del aumento de la deforestación, el gobierno colombiano asegura que sigue comprometido con la protección del medio ambiente y la reducción de la tala ilegal. La ministra destacó que se están implementando estrategias de vigilancia con tecnología satelital y drones para detectar focos de deforestación en tiempo real. Además, se han fortalecido los operativos en colaboración con las Fuerzas Militares para desmantelar redes de tráfico de madera ilegal y proteger las áreas naturales más vulnerables.
Sin embargo, expertos afirman que estas acciones no serán suficientes sin un enfoque integral que incluya mayor inversión en programas de reforestación, alternativas económicas sostenibles para las comunidades locales y una regulación más estricta para la explotación de tierras en áreas protegidas. El aumento de la deforestación en Colombia es un reflejo de los desafíos ambientales que enfrenta la región, y el llamado a la acción es urgente para evitar daños irreparables en uno de los ecosistemas más importantes del mundo.
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ