Redacción: Raquel García
El gobernador de Chiapas declaró 35.79 hectáreas de parques en Tuxtla Gutiérrez como Área Natural Protegida. La medida protege “Los Pulmones de la Capital” frente a la expansión urbana.
En un paso histórico para la gestión ambiental urbana del sur de México, el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar oficializó la protección jurídica de los espacios verdes más emblemáticos de Tuxtla Gutiérrez. Mediante la firma de un decreto gubernamental, los parques Caña Hueca, Joyyo Mayu y Tuchtlán han sido declarados Área Natural Protegida bajo la categoría de Centro Ecológico Recreativo, unificándolos bajo la denominación “Los Pulmones de la Capital”. Esta medida asegura la conservación de una superficie total de 35.79 hectáreas, salvaguardando el patrimonio ecológico de la ciudad frente a la expansión urbana.
Una nueva filosofía de gobernanza ambiental Durante el acto protocolario, Ramírez Aguilar delineó la visión de su administración basada en el “humanismo y el buen vivir”. El mandatario fue enfático al contrastar su política con modelos de gestión anteriores, criticando que, históricamente, muchos gobiernos han marginado la inversión ambiental por considerarla poco visible políticamente en comparación con la infraestructura de cemento.
Para el gobernador, la restauración ecológica no es un lujo, sino una necesidad de salud pública y prosperidad. Explicó que su estrategia contempla metas ambiciosas hacia 2026, incluyendo la recuperación de suelos, la restauración de microcuencas en 33 municipios y la mejora sustancial en la infraestructura hídrica. “Sanar las heridas” de la Madre Tierra, señaló, es una inversión ética que, aunque no siempre se ve a simple vista, garantiza el bienestar de las futuras generaciones y la paz con el entorno.
La importancia biológica de este decreto fue resaltada por Magdalena Torres Abarca, secretaria de Medio Ambiente e Historia Natural. La funcionaria detalló que estos parques no son solo espacios de recreo, sino santuarios que albergan más de 6,000 árboles y 148 especies de aves, funcionando como reguladores climáticos esenciales para la ciudad. Además, destacó que la declaratoria no fue una imposición, sino el resultado de un proceso legitimado por una consulta ciudadana, lo que demuestra un liderazgo basado en la escucha activa.
El evento también celebró la perseverancia de la ciudadanía. Carmen Villa Chávez, en representación de las asociaciones civiles, calificó el decreto como una victoria para las familias que durante años defendieron estos espacios de la privatización o el deterioro. Para los activistas, este blindaje técnico y legal es crucial para construir resiliencia ante la crisis climática global, garantizando que Tuxtla Gutiérrez avance hacia un modelo de ciudad más inclusiva, segura y ecológicamente responsable.
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