Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna
Brasil da un paso histórico para la protección de los bosques tropicales y del planeta. El gobierno anunció que será el primer país en destinar mil millones de dólares al Fondo Bosques Tropicales para Siempre, un mecanismo que premiará a los países por conservar sus bosques. La idea es clara: si pierdes bosques, pierdes fondos, generando un incentivo económico directo para mantener en pie estos ecosistemas vitales.
El ambicioso proyecto busca reunir 25.000 millones de dólares provenientes de gobiernos y fundaciones, con la intención de atraer otros 100.000 millones de inversores privados. Los pagos se harán de manera anual y estarán ligados a la superficie de bosque que los países logren preservar. Además, el 20% de estos recursos se destinará específicamente a pueblos indígenas y proyectos de conservación, reconociendo su papel clave en la protección de la biodiversidad.
La iniciativa ya ha despertado interés internacional: países como China, Reino Unido, Francia, Alemania, Singapur y Emiratos Árabes Unidos han mostrado su disposición a participar, lo que podría convertir este fondo en un ejemplo global de cooperación para la protección ambiental. Es un esfuerzo que combina compromiso ecológico con incentivos económicos, mostrando que la preservación de la naturaleza y el desarrollo sostenible pueden ir de la mano.
Sin embargo, esta noticia de esperanza llega con un matiz de preocupación. En paralelo, Brasil enfrenta críticas por la activación de la llamada “Ley de la Devastación”, impulsada por el agronegocio y considerada el mayor retroceso ambiental en 40 años. Aunque el presidente Lula sancionó la ley con 63 vetos para proteger licencias ambientales y territorios sensibles, ONG y ambientalistas advierten que persisten riesgos significativos para los ecosistemas y comunidades locales. Este contraste muestra que, aunque se avanza, la protección del planeta sigue siendo una tarea delicada y urgente.
Este movimiento de Brasil es un recordatorio de que cada decisión cuenta: proteger los bosques no solo preserva especies y ecosistemas, sino que también asegura un futuro más limpio, justo y sostenible para toda la humanidad.














