ChatGPT, la herramienta de inteligencia artificial desarrollada por OpenAI, se ha vuelto extremadamente popular en todo el mundo. Sin embargo, junto con sus beneficios, ha surgido un aspecto preocupante: su alto consumo de agua. Un reciente estudio ha revelado que una sola conversación con ChatGPT, que puede oscilar entre 20 y 50 preguntas, requiere aproximadamente medio litro de agua. Este consumo se debe a la necesidad de enfriar los servidores que procesan las solicitudes de los usuarios, lo cual se realiza en centros de datos que utilizan grandes cantidades de agua para evitar el sobrecalentamiento de sus sistemas.
Aunque medio litro por conversación puede parecer una cantidad insignificante, el impacto se vuelve considerable cuando se tiene en cuenta la escala global de uso. En febrero de 2023, ChatGPT ya contaba con más de 100 millones de usuarios registrados y, en promedio, 13 millones de personas utilizan la plataforma diariamente. Si calculamos que cada usuario realiza entre 5 y 50 preguntas por día, el gasto de agua puede sumar millones de litros diarios. Este problema se agrava en un contexto donde muchas regiones enfrentan sequías severas y escasez de agua.
El uso de agua dulce es necesario para evitar la corrosión de los equipos y asegurar su correcto funcionamiento. Además, el consumo de energía también juega un papel importante, ya que mantener los servidores en funcionamiento implica un gasto energético considerable. En el caso de empresas como Microsoft y Google, que alojan estos centros de datos, su consumo de agua ha aumentado más del 30% en los últimos años.
¿Cómo puede ChatGPT reducir su huella hídrica?
Los investigadores que realizaron el estudio recomiendan que las empresas que desarrollan inteligencia artificial, como OpenAI, asuman una responsabilidad social para reducir su huella hídrica. Una de las soluciones propuestas es invertir en tecnologías de enfriamiento más eficientes, que utilicen menos agua y energía. Además, se sugiere que los centros de datos se ubiquen en regiones donde el agua no sea un recurso escaso, lo que ayudaría a mitigar el impacto ambiental en áreas afectadas por la sequía.
Otra propuesta es fomentar el uso de fuentes de energía renovable en los centros de datos, lo que reduciría el impacto tanto en el consumo de agua como en las emisiones de carbono. Algunas empresas ya están explorando formas de descarbonizar sus operaciones, lo que podría ser una solución a largo plazo para el problema ambiental generado por la inteligencia artificial.
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