Redacción: Carolina Herrera
El nuevo informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), revela un deterioro progresivo de los ecosistemas dentro del Patrimonio Mundial, detallando la urgencia de reforzar su resiliencia y protección.

Más que paisajes y lugares emblemáticos, los sitios naturales del Patrimonio Mundial a nivel global, actúa como un termómetro del estado de los ecosistemas y este se encuentra en un estado de alerta. De acuerdo a un reciente informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las afectaciones del cambio climático han llegado hasta a un 43% de estos espacios icónicos, declarando un aumento crítico que refleja la crisis actual.
Disponiendo de datos concretos y una evaluación sistemática de cuatro ciclos desde 2014, el estudio presentado en la cuarta edición de la serie “Perspectiva del Patrimonio Mundial”, abarca un período de diez años. Donde se reveló como el cambio climático se posiciona como el principal factor ante la degradación de los lugares estudiados, logrando afectar el 43% de los lugares, diez puntos más en apenas cinco años considerando que en 2020, era de 33%.
Posteriormente, en segundo lugar se encuentra la expansión de especies exóticas invasoras, afectando al 30% de los sitios. Estas son generadas a partir de los cambios extremos de clima, el aumento de eventos meteorológicos y la alteración de hábitats naturales. El estudio confirma una caída preocupante en la salud ecológica de un 62% en 2020 a un 57% en 2025.
Los patógenos también son una afectación crucial en los ecosistemas, la propagación de enfermedades emergentes como la quitridiomicosis en anfibios, la gripe aviar en aves silvestres o el virus Ébola en mamíferos africanos, son pruebas del impacto negativo que provocan.
En tercer lugar, se encuentra el turismo masivo. Alterando ecosistemas completos por la visita de personas, esta actividad sin una gestión adecuada puede contribuir a la presión, erosión y perturbación en la fauna.
Entre la amenaza se muestra un rayo de esperanza
Sin embargo, a pesar de tener un panorama negativo, el informe también muestra la iniciativa de cambiar de paradigma al exponer ejemplos de cómo la intervención bien estructurada y la colaboración entre sectores puede cambiar el contexto. Entre 2020 y 2025, se mejoraron las condiciones de conservación de trece sitios.
Algunos de ellos son la Reserva de Fauna de Dja en Camerún, los Parques Nacionales de Salonga y Garamba en la República Democrática del Congo y el Parque Nacional de Niokolo-Koba en Senegal, ubicados en África central y occidente, respectivamente.
Demostrando el poder de una comunidad que ve por y para el medio ambiente, que, a través de actividades contra las afectaciones del cambio climático y una colaboración con el gobierno, puede lograr mejorar la resiliencia de la biodiversidad. Y que a pesar de representar una minoría a comparación a todo el Patrimonio Mundial, es un patrón para seguir para cambiar el rumbo.
Adquiriendo un rol estratégico, según el informe, la cooperación de gobiernos, donantes y socios internacionales es la clave para reforzar los mecanismos de protección y asegurar una vida próspera de los sitios naturales más icónicos. Dado que solo la mitad de estos lugares disponen de protección y manejo adecuado, y que uno de cada siete enfrenta un alto riesgo por falta de financiación sostenible.
“Proteger el Patrimonio Mundial no es solo salvaguardar lugares emblemáticos, sino proteger los cimientos mismos de la vida, la cultura y la identidad de las personas en todo el mundo. Debemos unirnos alrededor de una acción más comprometida sobre el terreno y una mayor inversión para garantizar que estos tesoros irremplazables perduren, para la naturaleza, para las personas y para las generaciones venideras”, proclama la directora general de la UICN, Grethel Aguilar.

¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ