Cambio climático

Cambio climático favorece expansión de la “ameba come cerebros”, advierten expertos

ameba come cerebros

Redacción Marlone Serrano

Un alarmante incremento en los casos de meningoencefalitis amebiana primaria (PAM), una infección cerebral casi siempre mortal, ha puesto en alerta a la comunidad científica mundial. El agente causante es la Naegleria fowleri, un organismo microscópico conocido popularmente como la “ameba come cerebros”, cuya propagación ha sido favorecida por los efectos del cambio climático. 

En el estado de Kerala, al sur de la India, se han registrado al menos 15 casos de PAM en lo que va de 2024, una cifra muy superior al promedio anual de un solo caso. Las víctimas incluyen desde niños pequeños hasta adultos jóvenes, todos con un factor en común: el contacto reciente con agua dulce templada en estanques, ríos o piscinas. 

“La infección ocurre cuando el agua contaminada entra por la nariz y la ameba accede al cerebro a través del nervio olfativo. Allí, destruye el tejido cerebral de forma agresiva”, explican expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. La tasa de letalidad de esta enfermedad supera el 97%. 

El diagnóstico de la PAM es sumamente complejo, ya que sus síntomas –fiebre, dolor de cabeza, rigidez de cuello y alucinaciones– suelen confundirse con otras afecciones más comunes como la meningitis bacteriana. En la mayoría de los casos, la detección se realiza demasiado tarde o incluso post mortem, reduciendo las posibilidades de supervivencia. 

El cambio climático ha sido identificado como un factor clave en la expansión de esta ameba. Según Yun Shen, profesora de Ingeniería Medioambiental en la Universidad de California, las altas temperaturas aumentan la presencia del parásito en cuerpos de agua y elevan el riesgo de exposición debido a las actividades recreativas que se realizan en ellas durante los meses más calurosos. 

Además, fenómenos como sequías y lluvias intensas crean condiciones ideales para que la Naegleria fowleri prospere. “Esta ameba se desarrolla en aguas entre 30 y 45 grados Celsius, y el calentamiento global está ampliando su hábitat natural”, advirtió Jacob Lorenzo-Morales, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales de Canarias. 

En India, sólo el 30% de los casos llegan a diagnosticarse, lo que subraya la necesidad de mejorar los protocolos de detección y promover campañas de concientización sobre los riesgos de nadar en aguas no tratadas. 

Científicos coinciden en que, ante este panorama, resulta urgente reforzar la vigilancia epidemiológica, invertir en investigación para tratamientos efectivos y generar conciencia pública sobre las condiciones que favorecen la presencia de esta letal ameba. 

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