Redacción Melissa Paniagua
Los accidentes aéreos, que, aunque son eventos pocos comunes, se están volviendo cada vez más frecuentes e intensos. Según los expertos, el cambio climático está alterando patrones atmosféricos clave, lo que podría generar más turbulencia en los vuelos y, como consecuencia, aumentar el riesgo de accidentes aéreos en todo el mundo.
La mayor preocupación son las turbulencias inesperadas. La turbulencia en aire claro es generada por cambios repentinos en la corriente en chorro; no puede ser detectada por los radares y ocurre en cielos despejados. Esta turbulencia provoca sacudidas repentinas en pleno vuelo.
El cambio climático está intensificando estas corrientes de viento, ya que provoca un calentamiento desigual entre el hemisferio norte y sur. Esto crea mayores diferencias de temperaturas en las alturas, lo que incrementa la inestabilidad atmosférica.
La aviación enfrenta grandes desafíos que van más allá del aire: un clima cada vez más inestable, problemas de seguridad y la presión por reducir las emisiones de carbono. El aumento de la turbulencia en los vuelos no solo es un problema técnico, sino una señal de las transformaciones que está sufriendo el planeta.
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