La columna del día Norma Luna Guzman

Cambio Geográfico: “Migrante o inmigrante ¡prepárate! Física, mental y emocional”

Norma Luna

«Donde fueres, haz lo que vieres»

Ambrosio Milán

Cuando una persona decide cambiar de residencia sea a un país o región, descubre bajo un proceso de éxito y fracaso, que su forma de vida en ese momento, son contrarias a todo su entorno familiar, social, institucional y gubernamental.

El instinto de supervivencia lo lleva a confrontar y a refutar que debe encontrar, un espacio, que cumpla con sus expectativas de vida. Un cambio geográfico, se asume como una decisión que apaga temporalmente sus contrariedades. Dichas decisiones, lo conllevan hacer un viaje, sin que se entere que habrá, una transformación biológica, escalando cambios que nunca olvidará. Los cambios están en libros, testimonios e historias de millones de migrantes e inmigrantes que por causas positivas o negativas están en un punto del mundo tratando de encontrar raíces que sostengan sus metas a corto mediano o largo plazo.

Expertos en Psicología con eventos relacionados a un cambio geográfico, comparten que adaptarse a otro país o región, habilita en el cuerpo humano un proceso de cambio bilógico invisible, que solo se siente y no se comprende.  

Algunos de los factores involucrados, que provocan estos cambios son, el clima, las emociones y la comunidad global con la que convive. En el clima, la temperatura corporal, muestra variaciones térmicas.

Cuando se es nativo de un lugar de residencia, las características morfológicas adaptativos cumplen una función de vida. Un migrante o inmigrante, debe pasar por un proceso de adaptación no nativa climática. Cuando arriba a su destino, no recibe el choque climático de inmediato, el cambio se da entre 6 meses y dos años, las emociones son el síntoma, se inicia a sentir una soledad como nunca se había sentido.

La nostalgia de sus raíces lo abrazan, entrando en una pelea mental de preguntas, ¿Qué hago aquí? ¿Por qué vine?, ¿algo no está bien?, preguntas que pueden expandirse, como si fuera la guía en ese momento de su día a día, hasta llegarlo confundir. Por aprendizaje y costumbre de las sociedades, el instinto busca a otro ser humano, para encontrar soluciones de lo que está sintiendo y no entiende. ¿Pero qué ocurre cuando no hay respuesta a lo que siente o interpreta? Y lo único que recibe son respuestas que considera de inicio insensibles, como: ¡No demuestres debilidad!, ¡Ponte a trabajar!, ¡Estar en otro país no es como tú crees! ¡Aquí es diferente!

Las emociones entran en una cadena expansiva de incertidumbre, lo que invita inconscientemente a seguir lo que hacen los demás.

El clima frío o de calor, o cualquier otro factor que altere los procesos biológicos, no toman en cuenta las emociones, el género, la edad, la clase social, ni la religión, la actividad neurológica al recibir este cambio, lo abraza con una depresión temporal o permanente, cambia su identidad y activa mecanismos de defensa frecuentes, el impacto dependerá de la carga genética de cada individuo. Las personas que no se adaptaron a enfrentar los factores de riesgo por cambio de región, suelen regresarse a su país natal.

Los que se quedan resignados, sin buscar herramientas para mejorar su condición física mental y/o emocional, eligen los excesos como consumo de drogas y alcohol.

En la actualidad la técnica de “voz en voz”, intenta prevenir a otras personas que la adaptación biológica es su primer desafío ante un cambio geográfico, dicho cambio, los arroja a un mar de emociones que deberán aprender a navegar, contener y apaciguar. La intención de vivir en otro país por un tiempo o de manera permanente, no importando las circunstancias, debe llevar al individuo a preparar herramientas para una adaptación eficaz.

Los testimonios aseguran que cuidar el cuerpo humano y mantenerlo unido al espíritu el hombre es lo primero. Se puede complementar con una hora de charla con otras personas, para desahogar las emociones basura y forjar una disciplina para sobrellevar la adaptación. Busca ayuda con profesionales o con quien haya pasado la experiencia, no intentes forzar los procesos, pueden llevarte a una inestabilidad mental. 

Reflexión: Joseba Achutegui, Servicio de Atención Psicopatológica y Psicosocial a Inmigrantes y Refugiados (SAPPIR) acuño “El Síndrome de Ulises, este síndrome es conocido también como el Síndrome de estrés crónico y múltiple, un fuerte malestar emocional que viven las personas que han tenido que dejar atrás el mundo que conocían, en condiciones extremas, un cuadro psicológico que sufren millones de personas en el mundo. (Ayuda en acción, 2022).

Ayuda o más información tolzinlaser@gmail.com

Referencias

https://ayudaenaccion.org/blog/ayuda-humanitaria/sindrome-ulises/