El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) informó recientemente que más del 49% del presupuesto aprobado en 2024 para la transición energética y la lucha contra el cambio climático en México será destinado al Tren Maya, uno de los proyectos más importantes de la actual administración. Esto ha generado un debate sobre la asignación de recursos en un momento crítico para la descarbonización y la adaptación al cambio climático en el país.
El presupuesto total asignado para estas áreas en 2024 asciende a 243 mil millones de pesos. De esta cantidad, más de 233 mil millones están destinados a programas relacionados con el Tren Maya, mientras que solo 62 mil millones se dirigen a acciones directas de mitigación y adaptación al cambio climático.
Este movimiento ha sido criticado por diversos expertos, quienes afirman que, aunque el Tren Maya puede tener componentes de sostenibilidad, su vínculo directo con la transición energética y la reducción de emisiones no está claro. Los recursos destinados al Tren Maya, según los críticos, podrían desviar fondos necesarios para proyectos directamente enfocados en energías limpias o infraestructura de energías renovables, fundamentales para que México cumpla con sus compromisos internacionales en materia climática.
A pesar de estos argumentos, el gobierno ha defendido la decisión, destacando que el Tren Maya es un proyecto estratégico que busca integrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental en la región sur del país, generando empleos y mejorando la infraestructura. Sin embargo, queda la pregunta de si este megaproyecto contribuye directamente a los objetivos de transición energética o si se trata de una inversión más enfocada en el desarrollo económico y turístico.
**El debate sobre el cambio climático**
A nivel internacional, México se enfrenta a desafíos significativos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Según el mismo informe del CIEP, las emisiones del sector eléctrico han aumentado un 11.4% en los últimos años, lo que subraya la importancia de redirigir recursos hacia proyectos de energía renovable y eficiencia energética. Sin una asignación adecuada de fondos, es probable que el país no cumpla con sus metas de descarbonización en el tiempo previsto.
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