Cambio climático

CDMX aprueba ley ambiental polémica: más permisiva en suelos de conservación

CDMX aprueba ley ambiental polémica: más permisiva en suelos de conservación.

El Congreso de la Ciudad de México ha aprobado una nueva Ley Ambiental que ha generado un debate intenso debido a sus implicaciones para el suelo de conservación. La legislación, impulsada por el gobierno de Martí Batres, pretende flexibilizar las normas para el uso de estas áreas, permitiendo actividades económicas que antes estaban restringidas. Esta medida ha despertado preocupaciones entre activistas y organizaciones vecinales que temen un impacto negativo en el medio ambiente y los derechos de las comunidades locales.

La nueva Ley Ambiental introduce cambios significativos en la regulación del suelo de conservación. Uno de los aspectos más controvertidos es la posibilidad de otorgar permisos para el uso y explotación de estos terrenos a personas físicas y morales, así como a entes públicos. Estos permisos pueden ser otorgados por la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) y abarcan actividades dentro de Áreas Naturales Protegidas y otras zonas de valor ambiental.

Eliminación del Programa de Ordenamiento Ecológico

Otro cambio importante es la eliminación del Programa de Ordenamiento Ecológico (POE) como instrumento de política ambiental. Este programa era fundamental para la protección de los suelos de conservación y la regulación de actividades en estas áreas. Sin el POE, las restricciones para la tala de árboles y otras intervenciones se flexibilizan, lo que podría llevar a una mayor degradación ambiental.

La preocupación de los activistas

Grupos como el Colectivo Claudia Cortés y el Frente por la Defensa de los Derechos de los Pueblos y Barrios de la Cuenca del Anáhuac han expresado su preocupación por los cambios introducidos por la nueva ley. Estos colectivos argumentan que la legislación favorece la privatización y explotación de terrenos de conservación, poniendo en riesgo los ecosistemas y los derechos de las comunidades locales. También critican la falta de consulta previa con los pueblos y barrios originarios afectados por estas decisiones.

Durante la discusión del dictamen, las diputadas del PAN, Daniela Álvarez y Gabriela Salido, fueron las principales voces en contra de la nueva ley. Álvarez señaló que la legislación viola los derechos de las comunidades indígenas al no incluirlas en el proceso de toma de decisiones. Salido, por su parte, criticó la falta de un análisis técnico y de impacto presupuestal previo a la aprobación de la ley. Ambas coincidieron en que la norma facilita la simulación en el proceso de consulta vecinal para grandes construcciones.

Impacto ambiental a mediano plazo

La flexibilización de las regulaciones podría tener consecuencias significativas para el medio ambiente en la Ciudad de México. La posibilidad de permitir actividades económicas en suelos de conservación aumenta el riesgo de degradación de estos ecosistemas vitales. La eliminación del POE también significa que habrá menos control sobre las actividades que pueden llevarse a cabo en estas áreas, lo que podría conducir a una mayor deforestación y pérdida de biodiversidad.

La nueva ley también plantea desafíos para los derechos de las comunidades locales. Sin mecanismos claros de consulta y participación, las decisiones que afectan a estas áreas podrían tomarse sin considerar las necesidades y preocupaciones de los habitantes. Esto podría generar conflictos y resistencia por parte de las comunidades afectadas, que ven en esta legislación una amenaza a sus territorios y modos de vida.

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