Redacción: Enrique Hernández
Un equipo de científicos españoles ha detectado emisiones masivas de metano en el subsuelo marino de la Antártida, un fenómeno que podría tener graves consecuencias para el calentamiento global. Estas emisiones fueron identificadas durante una expedición a bordo del buque Sarmiento de Gamboa, donde los investigadores lograron observar columnas de metano de hasta 700 metros de longitud y 70 metros de ancho, saliendo desde el fondo marino.
El metano es un gas de efecto invernadero 30 veces más potente que el dióxido de carbono (CO₂) en su capacidad de retención de calor en la atmósfera. Su liberación masiva podría acelerar el cambio climático, contribuyendo a un aumento descontrolado de las temperaturas globales.
¿Por qué está ocurriendo esto?
Los científicos sugieren que estas fugas podrían ser una consecuencia del rebote posglaciar, un fenómeno en el que la tierra comienza a elevarse tras la pérdida de peso de los glaciares. Con el adelgazamiento de la capa de hielo en la Antártida, se han liberado grandes cantidades de metano atrapado en los sedimentos marinos durante miles de años.
Además de este fenómeno natural, los expertos advierten que la inestabilidad de los sedimentos en el fondo marino podría provocar deslizamientos submarinos catastróficos, capaces de generar tsunamis que afectarían a regiones costeras.
Una cantidad alarmante de metano
Los investigadores han estimado que la cantidad de metano almacenado en la zona es equivalente a las emisiones globales de carbono de dos años. Esto plantea un riesgo ambiental crítico, ya que una liberación descontrolada podría acelerar el calentamiento global a niveles sin precedentes.
El llamado urgente de la comunidad científica
Este hallazgo resalta la necesidad urgente de monitorear y comprender mejor las dinámicas del metano en las regiones polares. Los expertos piden una mayor inversión en investigación climática y acciones inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
La comunidad científica advierte que, si no se toman medidas, el cambio climático podría desencadenar un ciclo irreversible de calentamiento, afectando el equilibrio del planeta y provocando eventos climáticos extremos más frecuentes y severos.