COESA, una empresa de energía pionera en Turín, ha presentado en su sede un prototipo innovador de torre fotovoltaica equipada con una batería de arena. Esta torre, que alcanza una altura de 36 metros, ha sido diseñada para generar energía verde de forma eficiente y asequible.
La compañía ha estado a la vanguardia de proyectos revolucionarios en energía fotovoltaica industrial, incluyendo comunidades energéticas, agricultura fotovoltaica y sistemas flotantes. Su última creación, una torre fotovoltaica con módulos reutilizados, destaca por su capacidad de generar hasta 250 kW de energía limpia, almacenada en una batería de arena de bajo costo.
El concepto se basa en la misma tecnología implementada en Finlandia el año pasado, donde se utilizó para almacenar energía en la red de calefacción de la ciudad de Kankaanpää. La torre fotovoltaica ofrece la ventaja de ahorrar espacio, ocupando hasta un 90% menos de terreno en comparación con sistemas de potencia equivalentes. Además, se pueden integrar en proyectos agrivoltaicos, lo que fomenta la sostenibilidad y la coexistencia con el entorno natural.
Matteo Stoppa, director de Innovación de COESA, explicó que el mecanismo es sencillo: «La energía generada por los paneles fotovoltaicos calienta resistencias que llevan la arena a una temperatura de unos 500 °C. Este calor, acumulado por el silicio dentro de un contenedor aislado, puede ser liberado o reconvertido en electricidad mediante una turbina». Esto permite integrar los sistemas directamente en redes de calefacción para almacenar calor y liberarlo cuando sea necesario, proporcionando una solución 10 veces más económica que una batería de litio con la misma capacidad de almacenamiento.
Aunque la capacidad de almacenamiento de energía de la arena es menor que la de una batería química, COESA destaca los beneficios económicos y medioambientales que ofrece este enfoque. La torre fotovoltaica de COESA genera la misma cantidad de energía que un campo fotovoltaico tradicional, pero ocupa solo una décima parte del espacio. Además, al utilizar paneles fotovoltaicos reciclados, la empresa reduce aún más los costos del sistema y promueve la economía circular, evitando la producción de nuevos módulos y alcanzando una huella de carbono negativa.
Este enfoque también contribuye a la sostenibilidad, ya que muchos paneles fotovoltaicos se renuevan antes de alcanzar su vida útil, proporcionando una fuente abundante de materiales para reciclaje. Especialmente en instalaciones desconectadas de la red eléctrica, donde los procedimientos burocráticos son inexistentes, se impulsa el reuso antes que el reciclaje.
La torre fotovoltaica de COESA representa un paso significativo hacia la generación de energía verde eficiente y asequible, ofreciendo una alternativa sostenible y prometedora para el futuro energético.
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