Redacción: Guicela Garrido

La biodiversidad australiana se enfrenta a una crisis sin precedentes, revelada por la primera monitorización nacional centrada en reptiles y anfibios. Un nuevo estudio de la Universidad de Queensland documenta un colapso poblacional devastador, haciendo un llamado urgente a la acción colectiva para la conservación.
El análisis, publicado en The Conversation, muestra una cifra alarmante: desde 1985 hasta la actualidad, la población de especies amenazadas y casi amenazadas de reptiles y anfibios ha disminuido en promedio un 96%. Este declive, cuantificado a través del Índice de Especies Amenazadas (TSX), subraya una crisis mucho más grave en comparación con otros grupos animales.
Mientras que los mamíferos con apoyo de conservación disminuyeron un 18% y algunas plantas bajo gestión activa incluso crecieron, la dramática caída de anfibios y reptiles pone de manifiesto la magnitud del desafío ecológico que enfrenta la nación.
El monitoreo, que abarcó 28 especies de ranas y 24 de reptiles, representa un punto de partida sólido para la recopilación de datos de abundancia relativa a nivel nacional. Especialistas de todo el país contribuyeron con datos de campo históricos y literatura científica para trazar este desolador panorama.
La Triple Amenaza: Enfermedad, Invasión y Destrucción
Según los investigadores, el colapso se debe a una combinación de factores que han producido “efectos devastadores” y han agravado el declive de numerosas especies. Las principales amenazas identificadas son:
- Enfermedades Emergentes: El hongo quítrido, introducido en los años 80, ha sido un factor clave en la desaparición de varias especies de ranas. Además, un virus diezmó drásticamente la población de la tortuga del río Bellinger.
- Especies Invasoras: La llegada de los sapos de caña tóxicos ha reducido severamente las poblaciones de depredadores nativos, como los monitores acuáticos de Merten y Mitchell.
- Pérdida de Hábitat: La expansión agrícola y la deforestación continúan afectando a los reptiles de pastizales, un problema exacerbado por los incendios forestales.
La situación ya ha llevado a la extinción oficial del escíncido forestal de la Isla Christmas, el único reptil australiano declarado extinto, y a la pérdida de siete especies de ranas, incluidas las únicas ranas crías gástricas conocidas.
A pesar del sombrío informe, los autores, el Dr. Geoffrey Heard, la Dra. Sarah McGrath y Tayla Lawrie, enfatizan que la gestión adecuada y la acción colectiva ofrecen un camino hacia la restauración ecológica.
Un ejemplo alentador es el escíncido del Gran Desierto, que ha mostrado signos de recuperación gracias a la gestión del fuego implementada por las comunidades indígenas. Para consolidar estos avances, los investigadores urgen a fortalecer los programas de monitoreo y a aumentar la cooperación entre científicos, gestores de tierras y el público. Programas de ciencia ciudadana como FrogID e iNaturalist son cruciales para recopilar datos valiosos.
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