Cómo proteger al ganado del estrés calórico durante el transporte
Redacción: Inés Arroyo
Con la llegada del calor, el cuidado del ganado durante su traslado se convierte en una prioridad para productores y transportistas. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) alerta sobre los riesgos del estrés calórico, una condición que afecta tanto la salud de los animales como los resultados productivos.
El estrés calórico ocurre cuando los animales no logran disipar el calor corporal debido a las altas temperaturas, lo que puede generar respuestas fisiológicas y conductuales que afectan su bienestar. El riesgo aumenta especialmente durante el transporte, donde las condiciones de viaje pueden agravar el problema.
El impacto de este estrés puede ser grave. Los animales pueden perder peso, reducir su consumo de alimento e incluso morir en casos extremos. En el caso de las vacas lecheras, se observa una disminución en la producción y calidad de la leche.
Para prevenir estos efectos, Senasa recomienda adoptar medidas clave. Una de ellas es planificar el transporte con anticipación, reduciendo el tiempo de espera en corrales y asegurando que toda la documentación esté lista para evitar demoras. Además, se debe realizar la carga en horas frescas, como la mañana o el atardecer, para evitar el calor extremo.
Otra recomendación es proporcionar acceso a sombra y agua fresca antes del transporte, lo que ayudará a que los animales se mantengan frescos. Los transportes deben estar adecuados para la carga, garantizando suficiente ventilación y espacio, especialmente en días muy calurosos. En caso de ser necesario, se deben evitar paradas prolongadas y, si se detienen, buscar zonas con sombra.
También es esencial coordinar la descarga rápidamente en el destino, para evitar que los animales permanezcan demasiado tiempo en el camión. Estas medidas no solo protegen la salud de los animales, sino que también mejoran su rendimiento productivo, lo que beneficia económicamente a los productores.
El bienestar animal es fundamental para una ganadería eficiente y rentable. Implementar estas medidas preventivas no solo es una obligación legal, sino una inversión en la salud y productividad del ganado.
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