Las empresas son conscientes de su impacto en el medio ambiente y por ello, cada que lanzan un nuevo producto al mercado, algunas, tratan de que el daño en el mismo no sea tan grave.
Este es el caso de Apple y sus computadores Mac, ya que en los últimos años han tratado de usar materiales que beneficien al medio ambiente como lo son piezas recalcadas, cambiando significativamente sus procesos de producción, lo que nos da como resultado, computadoras que duren por mucho tiempo más.
En un principio, para el planeta tierra esto es una increíble noticia ya que, al tener equipos electrónicos de mayor duración, los residuos electrónicos se verían reducidos notablemente y por lo tanto eso significa menos contaminación, suena como algo que todas las empresas deberían de hacer, si no tomamos en cuenta la obsolescencia programada.
La obsolescencia programada es la acción intencional que hacen los fabricantes para que los productos dejen de servir en un tiempo determinado. Es normal que los productos se desgasten y poco a poco terminen su vida útil, pero en este caso se trata de una falla planeada.
Y si esto no se cumple o simplemente la vida útil del aparato es superior a lo planeado, es donde las empresas entrarían en un problema, ya que al tener un producto que dura mucho, sus cadenas de producción bajaría significativamente, provocando pérdidas millonarias.
En el caso de Apple, sería un golpe muy duro para su reputación y quedarían retratados. Por lo que, o bien deciden seguir potenciando el tema de los servicios y diversificar sus estrategias de negocio (que es algo que, hasta ahora, parece que están haciendo), o bien admiten la larga vida de sus Mac, y van planeando algo para los usuarios con nuevas funciones de forma periódica, como estrategia para mantener a esos clientes a largo plazo.
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