En Durango, México, el descontento surgió cuando se anunció la instalación de una planta de cianuro de sodio por la empresa Chemours Laguna. La preocupación por los peligros ambientales y de salud llevó a los pobladores de 22 comunidades a formar el Frente Unido de Pueblos de la Laguna en Defensa de la Vida, el Territorio y el Agua en julio de 2017.
Este colectivo se organizó rápidamente para oponerse al proyecto, iniciando una serie de acciones comunitarias y legales para preservar su entorno y bienestar.
Desarrollo de la Protesta
La comunidad local tomó medidas activas contra la construcción de la planta, incluyendo bloqueos de carretera y asambleas comunitarias. La resistencia, aunque inicialmente pequeña en número, ganó fuerza y apoyo significativo de la sociedad civil.
El esfuerzo culminó en la presentación de una demanda legal en agosto de 2017, cuya admisión ocho meses después marcó un paso crucial en su lucha. Este proceso estuvo plagado de tensiones y enfrentamientos, evidenciando la determinación de la comunidad para proteger sus recursos naturales y su calidad de vida.
Continuación de Agresiones
A pesar del éxito legal en 2020 que detuvo el proyecto, las comunidades han seguido sufriendo agresiones y hostigamiento. La vigilancia constante y las amenazas han continuado, lo que refleja una atmósfera de tensión y miedo entre los residentes. Estas acciones parecen estar dirigidas a disuadir la activa participación comunitaria y la defensa del territorio, aunque los pobladores mantienen su resolución.
Impacto en los riesgos del Cianuro
El cianuro, especialmente en su forma de cianuro de sodio planeada para producción, es altamente tóxico y representa riesgos graves para la salud y el medio ambiente. Su potencial para causar contaminación y daño a largo plazo a la biodiversidad y a la salud humana fue un punto clave en la oposición de las comunidades.
Los peligros asociados con este químico, junto con las implicaciones de un proceso industrial en su entorno local, catalizan la resistencia unificada contra la planta de Chemours Laguna.
Perspectivas y Acciones Futuras
El desmantelamiento parcial de la infraestructura de la planta ha sido un logro para las comunidades, pero el temor a represalias y la continuación del proyecto en formas alternativas permanecen. La lucha de estos pobladores de Durango ilustra el desafío continuo que enfrentan las comunidades al resistir proyectos industriales que amenazan su modo de vida y el medio ambiente. La determinación de permanecer vigilantes y la fortaleza comunitaria siguen siendo fundamentales para garantizar que no se retomen los esfuerzos para instalar la planta o proyectos similares en la región.
La lucha de las comunidades de Durango contra la planta de cianuro de sodio ejemplifica la importancia del activismo y la participación ciudadana en la defensa del medio ambiente y los derechos territoriales, resaltando la necesidad de vigilancia y acción colectiva continua para proteger los recursos y la salud pública frente a intereses industriales potencialmente perjudiciales.
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