Copenhague, la capital danesa conocida por su arquitectura, gastronomía y entorno limpio, ha lanzado un innovador programa de turismo ecológico que promete atraer a visitantes de todo el mundo interesados en cuidar el medio ambiente. Este programa, llamado CopenPay, ofrece recompensas a los turistas que participen en actividades ecológicas.
CopenPay es un programa piloto que se llevará a cabo del 15 de julio al 11 de agosto, organizado por Wonderful Copenhagen, la autoridad turística de la ciudad. La iniciativa busca transformar las acciones ecológicas de los turistas en moneda de cambio para experiencias culturales. Por ejemplo, aquellos que recojan basura o utilicen el transporte público podrán acceder a comidas gratuitas, talleres y visitas culturales sin costo.
- Recoger residuos plásticos: los visitantes que lleven residuos plásticos a la Galería Nacional de Dinamarca podrán participar en un taller para convertirlos en obras de arte.
- Uso de transporte público: aquellos que usen bicicletas o transporte público para llegar a lugares como la central térmica de Copenhague podrán disfrutar de una pista de esquí artificial en la azotea del edificio.
- Voluntariado en granjas urbanas: participar en labores de limpieza o ser voluntario en granjas urbanas da acceso a visitas guiadas gratuitas a museos, alquiler de kayaks y almuerzos vegetarianos con productos locales.
La visión de un turismo sostenible
Según Mikkel Aarø Hansen, director general de Wonderful Copenhagen, la iniciativa busca no solo ofrecer experiencias enriquecedoras, sino también reducir el impacto ambiental del turismo. Copenhague es un modelo a seguir en sostenibilidad urbana, con 382 kilómetros de carril bici y una alta tasa de uso de bicicletas entre sus ciudadanos.
El programa se lanza en un contexto de creciente preocupación por el impacto ambiental del turismo. Recientes protestas en Barcelona, Canarias y Mallorca subrayan la necesidad de un enfoque más sostenible.
CopenPay podría extenderse a lo largo del año si el piloto resulta exitoso, promoviendo un cambio positivo en cómo los turistas interactúan con el destino y sus habitantes. Copenhague demuestra que es posible disfrutar de un turismo enriquecedor y responsable con el medio ambiente, sirviendo como un ejemplo para otras ciudades en todo el mundo.
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