La columna del día Daniel Lee

Crece la pobreza laboral en México y el salario mínimo está siendo utilizado como un instrumento de política

Por Daniel Lee

Recientemente la Coneval dio a conocer su diagnóstico de la Pobreza Laboral en México en el último trimestre del año, y los datos pudieran solo traducirse de esta manera: Más de la mitad de mexicanos no pueden siquiera costear su canasta básica.

La crecida inflación, la peor en los por menos dos décadas, arrastró a un mayor número de mexicanos hacia la pobreza laboral, El alza generalizada de los precios al consumidor finalmente rompió la tendencia resiliente que presentaba la pobreza laboral y propició que este indicador escalara a 40.1%, su primer repunte en el año después de tres trimestres al hilo en descenso.

Y otro indicador para poner atención es que el organismo federal señaló que las zonas rurales del país fueron son las más afectadas por la pobreza laboral; con un aumento de 52% a 53.2% de la población afectada; mientras que en el urbano pasó de 33.9% a 36%.

Así también 27 de las entidades federativas de México han reportado crecimientos de pobreza laboral, y se tienen empleos con salarios mínimos.

Y me pregunto… Ahora que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, la Conasami, se instaló formalmente para discutir y definir como abriremos el 2023, ¿esto servirá de algo? Paliará acaso esta realidad tan adversa… Lo dudo mucho.

Lo digo porque poco más de 55 millones de personas enfrentan esta pobreza, esto considerando sólo a la gente mayor de 15 años.

En este contexto, debemos preguntarnos ¿Qué objetivo o función cumple el salario mínimo en México? ¿Por qué o para qué existe?

Creo que, por principio de cuentas, este se ha transformado realmente porque el espíritu con que nace el salario mínimo es el de ser un protector de la familia, de la economía

familiar, pero con el paso del tiempo, fue un parámetro que se fue introduciendo en toda la situación legal del país.

Llegamos a tener 872 ordenamientos de orden federal que invocaban al salario mínimo, y se convirtió en un ahorrador del gobierno; esto fue lo que en realidad le dio una transformación cien cientos al salario mínimo, porque reiteró, de un estabilizador de la economía familiar, se convirtió en un sistema de ahorro fundamental.

Particularmente en los últimos años, ha cumplido su cometido en algunas vertientes. ¿Como cuáles? haber logrado identificar que el amarre del salario mínimo o lo que tenía atado al salario mínimo pues era la vinculación precisamente con tantos ordenamientos legales.

No olvidemos que dentro de los ordenamientos legales más impactantes están las pensiones, que es un gasto elevadísimo para el gobierno, que tenemos el gasto de los partidos políticos, que es otro gasto muy fuerte, que tenemos las hipotecas, lo cual generaba una vertiente doble.

Si los incrementos en las hipotecas crecían conforme crecía el salario mínimo, y esto provocaba que los trabajadores, los sindicatos, tuvieran un grupo reducido de trabajadores en salario mínimo pues éste fue rebasado por los salarios reales en la industria, en el comercio, en toda la dinámica económica.

Y como consecuencia, el número que representa el salario mínimo, que es muy bajo, fue superado por la gente que tenía un crédito hipotecario. Podríamos argumentar el 10% de salario mínimo y ese incremento iba a ser el que daba pauta a la amortización que pagaba el trabajador.

Entonces yo creo que todo eso generó una situación en la que realmente la única posibilidad para mejorar esta condición fue desvincularlos

Por eso de unos años para acá y a través de la figura muy conocidas ya de la UMA y el Monto Independiente de Recuperación y la Unidad de Medición y Actualización se ha estado dando un crecimiento al propio salario mínimo.

Precisamente es la fijación del salario mínimo que para muchos existe el concepto de que solamente se ha definido el salario mínimo, pero no olvidemos que no tener salario mínimo permitiría a muchísimos patrones, en particular en nuestro caso, en México, en un México tan desigual que muchos empresarios no pagarán ni siquiera ese mínimo.

Ahí ese concepto es poco medible, porque realmente nadie lo toma en cuenta y sin duda alguna si no existiera la Comisión los Salarios Mínimos poniendo un mínimo, un tope mínimo, otros empresarios pagarían menos en virtud de que hay muchos lugares que tienen una carencia mayor que tienen los trabajadores es que no exista trabajo

Sin embargo, los alcances que tiene hoy la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, ya son muy limitados, pues desde ahí se tiene que fijar la posibilidad de sostener las fuentes de trabajo, y las inversiones, pero no observamos que otros sectores que

confluyen a la competitividad puedan o estén haciendo transformaciones que permitan mejorar las condiciones de competitividad de nuestras empresas y de las empresas extranjeras que vienen a invertir en México y como consecuencia el único lugar donde se recarga la competitividad pues es en la precariedad de los salarios.

Es decir, tenemos las mejores comunicaciones, tenemos una tramitología excesiva, el costo del dinero es elevadísimo, la inseguridad, en fin. Hay muchísimos temas que mientras no se resuelvan la única parte donde se recarga todo este concepto es la mano de obra.

Lo cierto es que el salario mínimo está siendo utilizado como un instrumento de política distinto en ocasiones a su espíritu, es retribución y se ha utilizado para competitividad que debería venir de otras fuentes.

México ha tenido una situación que ha fijado durante muchos años la importancia y necesidad de ser productivo, situación que para un servidor está cerrada, ya que el destino de una empresa es ser competitiva no productiva, y la productividad es uno de los caminos que nos llevan a la competitividad.

¿Qué otros cambios importantes identificamos que haya tenido la Conasami los últimos años?

Pues creo que el principal, la desvinculación de todo ordenamiento legal de la figura del salario mínimo. Creo que fue la atadura que lo mantuvo estacionado los últimos 46 años. En 1976 es el último año en que se registra como el año en que tiene poder adquisitivo el salario mínimo.

De ahí empieza una caída que concluye con que al año 2005 tiene una pérdida del poder adquisitivo cercano al 80%, es decir, logra uno comprar el 20% exclusivamente de lo que comprábamos uno en1975 con un salario mínimo. Así las cosas. Hasta la próxima…

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