En México el índice de inseguridad es muy alto, niños, jóvenes, mujeres, adultos, todos están en riesgo, incluso las personas que se dedican a concientizar, preservar y cuidar el medio ambiente, y son ellos quienes corren un riesgo mayor, pues el país ya no es seguro, al contrario, cada vez hay más asesinatos en su contra.
Según un informe de Global Witness, en el año 2021 se registró la muerte de 200 activistas alrededor del mundo de los cuales solamente en Latinoamérica sucedieron dos terceras partes. En específico fueron 33 en Colombia, 26 en Brasil y 54 en México, lo cual muestra el alto índice de riesgo en que se encuentran los ambientalistas que son por lo general, las personas más valientes y respetadas en sus comunidades.
En el país, en junio del año pasado el pueblo indígena Yaqui del norte de México sufrió la pérdida del líder defensor del agua Tomás Rojo, quien según las autoridades locales sufrió el asesinato a manos de una banda de narcotraficantes local, quienes querían el dinero de la comunidad recaudado por los peajes en retenes informales de sus carreteras.
Algunos otros nombres de activistas asesinados en México son el de Nora López, bióloga y coordinadora del proyecto de reproducción de la guacamaya roja; José Luis Álvarez, ecologista defensor del santuario del mono saraguato, cuyo hábitat estaba en peligro por la explotación ilegal del río Usumacinta y Samir Flores Soberanes, activista indígena e integrante de la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos.
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