La generación de residuos de construcción se ha convertido en una problemática ambiental en la Ciudad de México y el Estado de México, con la producción conjunta de alrededor de 14,000 toneladas de desechos diarios.
Esto, por el aumento en las obras de construcción y las demoliciones, particularmente desde el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Durante el reciente Foro de Construcción Sostenible organizado por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) CDMX, se reveló que la cantidad diaria de desechos de construcción asciende a 14,000 toneladas, lo que plantea desafíos significativos para la ciudad en términos de gestión ambiental.
El mal manejo de estos residuos conlleva consecuencias ambientales graves, como la emisión de gases de efecto invernadero, la alcalinización del agua superficial, la producción de bacterias cancerígenas y afectaciones en la calidad del agua subterránea, según advirtió Armando Beltrán, fundador de CARE (Centro Avanzado de Reciclaje Eficiente).
«El escenario es dramático, la capital genera 14,000 toneladas y el Estado de México otras 14,000, son millones de metros cúbicos de desechos. Estamos en un tren de autodestrucción y debemos hacer algo», advirtió el especialista.
Para abordar este problema, la Ciudad de México ha implementado dos instrumentos clave que regulan el manejo de los residuos de la construcción: la Ley de Residuos Sólidos, reformada a inicios del 2023, y la NOM 007.
Ambas buscan fomentar la economía circular, haciendo obligatorio que las empresas constructoras entreguen el 100% de sus residuos a plantas de reciclaje y, además, consuman materiales producidos a partir de estos desechos, promoviendo así la minería urbana.
Mario Medina, premio Nacional de Cooperación Ambiental y Reciclaje, destacó los avances logrados: «Los planes de manejo de residuos y la creación de las unidades de inspección son grandes avances. De no cumplir con la normatividad, los desarrolladores pueden enfrentar multas desde 150,000 hasta 20 millones de pesos».
La minería urbana se presenta como una solución clave. Según Manuel Sirtori, director comercial de Concreto y logística en Holcim México, la Ciudad de México consume 5 millones de metros cúbicos de concreto al año, lo que equivale a 10 millones de toneladas de agregado anuales. Utilizar al menos un 30% de agregados reciclados sería un paso importante hacia la economía circular del sector.
«Tenemos toneladas de desechos y la tecnología para convertirlas en materiales que la industria necesita, debemos hacer minería urbana», subrayó Sirtori.
Hoy en día, algunas plantas de reciclaje se dedican a la clasificación, tratamiento y conversión de desechos de la construcción, incluyendo concreto, yeso, madera, vidrio, cartón y acero. Enrique Granell, gerente técnico de Concretos Reciclados, explicó que estos elementos se transforman en agregados reciclados certificados para la construcción de nuevos proyectos. No obstante, la aceptación de estos materiales en el mercado aún representa un desafío.
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