Redacción: Antonio Villeda
Un equipo de la Universidad de Ohio State ha desarrollado una batería capaz de convertir la energía nuclear en electricidad mediante la emisión de luz. Esta innovación podría aprovechar la radiación gamma, comúnmente generada en las centrales nucleares, para alimentar dispositivos como microchips. Aunque la energía nuclear produce baja cantidad de gases de efecto invernadero, los desechos radiactivos siguen siendo un desafío para el medio ambiente y la salud humana.
La batería utiliza una combinación de cristales centelleadores, que emiten luz al absorber radiación, y células solares para recolectar esta energía. El prototipo de batería, que mide solo 4 centímetros cúbicos, fue probado con cesio-137 y cobalto-60, productos de fisión comunes en el combustible nuclear gastado. Los resultados mostraron que la batería podía generar una salida eléctrica suficiente para alimentar pequeños dispositivos electrónicos.
Durante las pruebas, se observó que el cesio-137 generaba 288 nanovatios, mientras que el cobalto-60 producía 1,5 microvatios de energía, suficiente para encender un sensor diminuto. Aunque estas salidas de energía son bajas comparadas con las necesidades de hogares o dispositivos electrónicos, los investigadores sugieren que, con la fuente adecuada, la tecnología podría ampliarse a aplicaciones de mayor potencia, como en sistemas nucleares o la exploración espacial.
El equipo subraya que estas baterías están diseñadas para su uso cercano a fuentes de desechos nucleares, como las piscinas de almacenamiento de desechos o en sistemas especializados para explorar el espacio y las aguas profundas. A pesar de usar radiación gamma, la batería no contiene materiales radiactivos, lo que la hace segura para el contacto humano. Además, los investigadores descubrieron que la forma y tamaño de los cristales centelleadores pueden influir en la eficiencia de la conversión de radiación en energía.
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