Redacción: Amairany Ramírez
Imagina que planeas tus vacaciones soñadas en la playa, pero la información sobre cómo el clima afecta tu destino es casi nula. Un reciente estudio de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha puesto el foco en una preocupante realidad: los destinos turísticos costeros de España están comunicando de forma muy limitada y desequilibrada sobre el cambio climático en sus redes sociales, dejando a viajeros y residentes poco informados sobre los verdaderos desafíos.
Publicado en el European Journal of Tourism Research, el análisis se sumergió en casi 180.000 mensajes publicados entre 2018 y 2022 en las cuentas oficiales de X (antes Twitter) de 45 municipios y organismos de promoción turística en regiones como Cataluña, Andalucía, Islas Canarias, Comunidad Valenciana, Región de Murcia e Islas Baleares.
Los resultados son contundentes: solo un minúsculo 2% de todas las publicaciones mencionaba directamente el cambio climático. Y lo que es más revelador, cuando sí lo hacían, los mensajes se centraban casi exclusivamente en medidas de mitigación (como el reciclaje o la sostenibilidad, representando el 48.4% de esas publicaciones) y adaptación (con un 38.5%). Sin embargo, la información crucial sobre impactos reales como incendios, sequías, olas de calor o la erosión de playas apenas aparecía (solo un 12%), y las causas profundas del cambio climático, como la contaminación o las emisiones de gases de efecto invernadero, eran prácticamente ignoradas (un ínfimo 0.46%).
Los investigadores de la URV alertan que esta falta de transparencia sobre los riesgos reales es una oportunidad perdida para concienciar y preparar tanto a los visitantes como a quienes viven allí. Esto es especialmente crítico en un contexto donde fenómenos como el aumento del nivel del mar, las tormentas o la erosión pueden reducir el atractivo turístico y afectar la imagen del lugar. Esta brecha de información podría llevar a una desconexión entre lo que el turista espera y la realidad del lugar, generando frustración e insatisfacción.
El estudio también sacó a la luz diferencias interesantes entre los tipos de comunicadores. La mayoría de los mensajes sobre cambio climático (un 91%) provenían de las cuentas municipales, que suelen hablar más directamente con los vecinos sobre acciones locales como el ahorro de agua, la prevención de incendios o la cancelación de eventos por clima. En cambio, los organismos dedicados a promocionar el turismo publicaban menos sobre el tema y se enfocaban más en la mitigación, a menudo sin reflejar las acciones de adaptación que sí comunicaban los ayuntamientos. Aunque municipios como Benicàssim, Gandía o Peñíscola fueron destacados positivamente, la presencia general del tema sigue siendo baja en todas partes.
El equipo investigador, que forma parte del proyecto ADAPTOUR, subraya que la comunicación actual es “insuficiente y desequilibrada”. Proponen tres claves para mejorar:
- Informar más sobre las causas y los impactos reales del cambio climático para fomentar la responsabilidad y la preparación de los visitantes.
- Equilibrar los mensajes entre mitigación y adaptación, destacando acciones concretas y los servicios adaptados que ofrecen los destinos.
- Evitar mensajes automáticos y adaptar la estrategia comunicativa a lo que realmente les preocupa a turistas y residentes.
Una comunicación más honesta y completa no solo reduciría la percepción de riesgo, sino que también mejoraría la satisfacción del visitante y, en última instancia, haría que nuestros destinos sean más fuertes y preparados frente al desafío climático. Es como intentar navegar un barco sin saber que se acerca una tormenta: los destinos turísticos necesitan darle a sus visitantes y residentes el mapa completo del clima.