El ecoturismo ha surgido como un paradigma para el turismo sostenible en el siglo XXI, abrazando los principios de ética, ecología y sostenibilidad en busca de un equilibrio entre el disfrute de los paisajes naturales y la preservación de nuestro planeta.
Esta forma de turismo tiene como objetivo central involucrar a los viajeros de manera consciente con los entornos naturales y las comunidades locales que los rodean.
La Sociedad Internacional de Ecoturismo lo considera una de las modalidades más sostenibles de viajar en la actual década. Define el ecoturismo como un viaje responsable a áreas naturales que preservan su entorno y contribuyen al bienestar de las poblaciones locales.
En las últimas décadas, el ecoturismo ha ganado terreno como una de las opciones más demandadas entre las ofertas turísticas. Permite a los visitantes explorar cerca de paisajes naturales, ciudades antiguas y culturas diversas sin generar impactos negativos.
Además de la conservación del planeta, el ecoturismo evita daños a áreas de alto valor natural y promueve la conciencia ambiental mediante actividades como el senderismo, la reforestación, el avistamiento de animales con guías locales y el voluntariado en zonas desfavorecidas.
Esta práctica también busca impulsar el desarrollo local en regiones rurales cercanas a áreas aptas para el ecoturismo. Parte de las ganancias generadas se reinvierten en la creación de empleos locales, como tiendas de artesanías, guías turísticas y alojamientos sostenibles, así como en inversiones a largo plazo para mejorar la calidad de vida de los habitantes locales.
El ecoturismo se basa en el conocimiento, el respeto por las culturas y tradiciones locales, la valoración de la diversidad y el reconocimiento de los beneficios que la naturaleza brinda a las distintas regiones, impulsando sectores como la agricultura, la pesca y la ganadería de manera sustentable.
Dada la reducción de las emisiones globales de gases de efecto invernadero durante la pandemia de la Covid-19, las organizaciones internacionales vinculadas a las Naciones Unidas enfatizan la importancia de una transición hacia un turismo más resiliente.
Se espera reducir las emisiones de carbono en un 50% para 2030, lo que contrasta con las proyecciones previas de un aumento del 25% en las emisiones de carbono del sector turístico a principios de la próxima década.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) se ha comprometido a liderar este esfuerzo hacia un turismo de bajas emisiones, sensibilizando a las personas sobre el impacto de las emisiones de carbono en la atmósfera y promoviendo el ecoturismo como una alternativa más segura, responsable y eficaz para reducir los efectos del cambio climático.
En este sentido, se promueven iniciativas ecológicas como el uso de energías renovables, el reciclaje del agua de lluvia y la incorporación de elementos del entorno en la ambientación de los destinos turísticos. Estos enfoques ecológicos no solo contribuyen a la conservación del medio ambiente, sino que también inspiran a los viajeros a adoptar un estilo de vida más sostenible en su vida diaria, fomentando un progreso más equilibrado y respetuoso con nuestro planeta.
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