Redacción: Inés Arroyo
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) planea eliminar su departamento de investigación científica y despedir a gran parte de su personal. Este recorte, impulsado por la administración de Donald Trump, afectaría a más de 1,500 empleados y es parte de un esfuerzo por reducir el gasto público y revertir regulaciones ambientales.
Según documentos filtrados, el plan presentado en la Casa Blanca contempla despedir entre el 50% y el 75% de los trabajadores del departamento, mientras que los pocos empleados que queden serán reubicados en otras áreas de la agencia. Estos recortes se alinean con el objetivo del gobierno de reducir el personal y las regulaciones en áreas relacionadas con el medio ambiente y la salud pública.
El anuncio ha generado rechazo entre legisladores y científicos. La congresista Zoe Lofgren, miembro de la Comisión de Ciencia de la Cámara de Representantes, destacó que eliminar la ciencia en la EPA pondría en riesgo la protección de la salud y el medio ambiente. También, Chitra Kumar, de la Unión de Científicos Preocupados, señaló que los científicos de la agencia desempeñan un papel crucial en la regulación de la contaminación y la seguridad pública.
Por su parte, la portavoz de la EPA, Molly Vaseliou, explicó que estos cambios forman parte de un proceso para mejorar la eficiencia de la agencia. Aseguró que se están considerando las opiniones de los empleados para garantizar que la EPA siga cumpliendo con su misión de proteger el aire, el agua y el medio ambiente.
Sin embargo, la decisión sigue siendo controvertida. Los críticos advierten que la reducción de personal científico podría debilitar la capacidad de la EPA para regular eficazmente las amenazas ambientales y proteger la salud pública.
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