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El 70% del metano se puede evitar con tecnología actual

metano

Redacción: Inés Arroyo 

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) lanzó un llamado urgente: el 70 % de las emisiones de metano generadas por la industria de los combustibles fósiles se pueden evitar usando tecnologías que ya existen. Y lo más relevante: hacerlo no implicaría un gasto adicional para el sector, ya que el gas capturado podría venderse y generar beneficios. 

El metano es responsable de cerca del 30 % del calentamiento global desde la Revolución Industrial. Aunque permanece menos tiempo en la atmósfera que el dióxido de carbono (unos 12 años frente a cientos del CO₂), atrapa mucho más calor en ese periodo. Por eso, reducir sus emisiones es una de las formas más rápidas de desacelerar el cambio climático. 

Según la AIE, solo el 5 % de la producción mundial de petróleo y gas se realiza hoy con estándares de emisiones casi nulas. Pero si se implementaran las tecnologías ya disponibles, se evitaría una subida adicional de 0.1 °C en la temperatura global de aquí a 2050. 

El sector hidrocarburos genera unos 200 mil millones de metros cúbicos de metano. Con una acción coordinada, se podrían recuperar más de la mitad de ellos. Además, la quema de gas en yacimientos —que representa otros 150 mil millones de metros cúbicos— también podría reducirse de forma significativa. 

El ejemplo más contundente es Noruega, que prohibió la quema de gas desde 1971 y, en 2015, comenzó a aplicar un impuesto para desincentivar estas prácticas. Hoy es el país con menor intensidad de emisiones en sus operaciones petroleras. Si el resto de los productores alcanzaran su nivel, las emisiones del sector se reducirían más del 90 %. 

Otro punto clave es la transparencia. El informe señala que las cifras oficiales de muchos países no reflejan la realidad: las emisiones de metano son, en promedio, un 80 % más altas de lo que se reporta. Aunque la vigilancia por satélite ha mejorado, todavía hay zonas que no se pueden monitorear adecuadamente, como partes de Venezuela y Rusia. 

El metano tiene un alto impacto climático, pero también una gran oportunidad de control. Las herramientas están disponibles. Solo falta decisión política para aplicarlas y detener una parte fundamental del calentamiento global. 

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