Redacción: Raquel García
El arte urbano y la ecología se unen en México a través de murales que no solo embellecen la ciudad, sino que sirven para transformar muros en herramientas de conciencia ambiental y sostenibilidad urbana.

El arte y ecología se han unido en México mediante el creciente movimiento de murales ecológicos, piezas artísticas que no solo embellecen espacios urbanos, sino que fomentan la conciencia ambiental y contribuyen a la sostenibilidad. En la Ciudad de México, iniciativas como Proyecto 17, impulsado por Enel México y la artista Adry del Rocío, están transformando barrios emblemáticos como Tlatelolco con murales inspirados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Estos murales están pintados con tecnología fotocatalítica que purifica el aire, ayudando a mitigar la contaminación equivalente a la producida por un automóvil cada 12 metros cuadrados de mural. Este movimiento responde a la urgencia global de enfrentar el cambio climático a través de acciones locales y creativas.
En Tláhuac, el Colectivo Tzompantli Urbano ha promovido el muralismo de memoria con énfasis en costumbres ancestrales, pueblos originarios y derechos del agua, en respuesta a megaproyectos que amenazan los ecosistemas locales. El festival “Guelaguetza Gráfica” reunió a más de 40 artistas urbanos nacionales e internacionales que intervinieron muros en barrios oaxaqueños con mensajes de justicia climática.
Más allá de su función estética, los murales ecológicos se convierten en herramientas de educación ambiental, invitando a las comunidades a reflexionar sobre la importancia del desarrollo sostenible y la protección de sus entornos. La colaboración entre artistas y empresas comprometidas con la sostenibilidad ha dado pie a obras monumentales que simbolizan la transición hacia ciudades más verdes y resilientes, especialmente en contextos urbanos densos y contaminados.
A nivel nacional, el arte urbano con enfoque ecológico también se ha vinculado con movimientos sociales y educativos que buscan integrar estas expresiones visuales en recorridos escolares y espacios comunitarios, ampliando su alcance e impacto sociocultural. Ejemplos de artistas y colectivos que trabajan con temáticas de memoria, justicia social y tecnología sustentable han sido reconocidos por organismos internacionales como la UNESCO, evidenciando el potencial transformador del arte en la construcción de una conciencia ecológica colectiva.
Sumado a lo visual, el compromiso ambiental de estos murales se refleja en el uso de materiales y técnicas innovadoras, lo que convierte al arte en un agente activo contra la crisis ambiental, mostrando que la creatividad y la ciencia pueden unirse eficazmente para purificar ambientes y educar simultáneamente. En este sentido, los murales ecológicos mexicanos no solo transforman muros, sino que cambian la percepción urbana y el comportamiento ciudadano respecto al cuidado ambiental, posicionándose como símbolos de un futuro más sostenible y participativo.
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