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El auge de la dieta a base de plantas: Más allá de una tendencia, un paso hacia la sostenibilidad 

Redactor: Laura**

La creciente conciencia sobre la salud y el bienestar del planeta está impulsando a muchas personas a optar por una dieta centrada en plantas. Esta dieta se compone principalmente de verduras, frutas, legumbres, cereales y frutos secos, excluyendo carne, lácteos y pescado. 

A diferencia del veganismo, que es una postura moral que se abstiene de todos los productos de origen animal, la dieta basada en plantas se enfoca en la salud y la sostenibilidad, sin necesariamente excluir completamente los productos de origen animal. Esta diferencia es crucial para quienes buscan reducir su huella de carbono sin renunciar totalmente a los productos de origen animal. 

El Programa de Comunicación del Cambio Climático de la Universidad de Yale, en un estudio de 2021, refleja la creciente tendencia a reducir el consumo de carne roja, y destaca el valor de la industria de productos vegetales en Estados Unidos, que alcanzó los 8.000 millones de dólares en 2022. 

Melissa Clark, reportera gastronómica de The New York Times, recalca la conexión entre hábitos alimenticios y cambio climático, citando un estudio de la Universidad de Oxford que destaca cómo una dieta sin carne reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Sorprendentemente, la producción de carne y lácteos emite tantos gases de efecto invernadero como todos los vehículos del mundo, ya sea que provengan de granjas industriales o ecológicas. Además, algunos quesos pueden tener un impacto ambiental incluso mayor que algunas carnes, lo que plantea una reconsideración en las elecciones dietéticas de muchos vegetarianos. 

Argentina no está exenta de esta tendencia. Restaurantes en todo el país están incorporando menús basados en plantas. Un ejemplo destacado es Amador Cantina, dirigido por el chef ejecutivo Iván Moyano, quien ofrece platos novedosos sin intentar imitar la carne. Los responsables del restaurante comentan que su objetivo es presentar una oferta basada en plantas que atraiga tanto a veganos como a omnívoros. 

Conclusivamente, aunque los sustitutos de carne a base de plantas pueden ser beneficiosos para el medio ambiente, Clark advierte que no todos son ideales desde el punto de vista nutricional. Algunos pueden tener altos niveles de sodio y calorías, por lo que es esencial ser consciente de lo que se consume. 

Esta ola de conciencia dietética y medioambiental, más que una simple moda, representa un cambio profundo en la forma en que las personas ven su relación con el planeta y su salud. Sin duda, es una tendencia que ha llegado a Argentina para quedarse. 

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