Redactor: Sam Torne
El arroz es un alimento básico en la dieta de millones de personas en Asia. Sin embargo, en los últimos años, su producción y precio se han visto afectados por diversos factores, entre los cuales el cambio climático juega un papel crucial. Este artículo analiza cómo las alteraciones climáticas están influyendo en la producción de arroz y, por ende, en su costo, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de la región.
En Japón, el precio del arroz ha alcanzado niveles récord. Según datos recientes, el precio medio del arroz fue de 24,665 yenes por 60 kilogramos, equivalentes a 158 dólares, el monto más alto desde que el Ministerio de Agricultura comenzó a recopilar datos en 2006. Este incremento se atribuye al aumento de los costos de producción y a la competencia entre compradores para asegurar suministros en medio de un período de escasez como el año 2024.
Además, factores como la ola de calor récord de 2023, que redujo los rendimientos agrícolas, y el aumento del consumo debido al turismo sin precedentes, han contribuido al alza de precios. Por ejemplo, el precio de un paquete de cinco kilogramos de arroz japonés ha subido de 2,023 yenes a 3,688 yenes en un año.
Impacto en otros países asiáticos
La situación no es exclusiva de Japón. En Tailandia, el arroz blanco al 5% de grano partido ha alcanzado los 648 dólares por tonelada, el precio más alto desde octubre de 2008, representando un alza de casi el 50% en el último año. Las autoridades tailandesas están promoviendo entre los agricultores el cambio a cultivos que requieran menos agua, anticipando condiciones más secas debido al fenómeno de El Niño.
En Indonesia, la empresa estatal de aprovisionamiento de alimentos, Bulog, ha más que duplicado su objetivo de adquisición de arroz nacional para 2025, pasando de 1.27 millones de toneladas en 2024 a 3 millones de toneladas. Esta medida busca reducir la dependencia de las importaciones y asegurar el suministro interno ante las fluctuaciones del mercado global.
Cambio climático y producción de arroz
El cambio climático ha intensificado fenómenos como olas de calor, sequías e inundaciones, afectando directamente la producción de arroz. Estas condiciones extremas no solo reducen los rendimientos, sino que también alteran la calidad del grano. Además, prácticas tradicionales de cultivo, como la inundación continua de los campos de arroz, contribuyen significativamente a las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero. Se estima que los arrozales inundados representan el 12% de las emisiones antropogénicas mundiales de metano, lo que equivale al 1.5% del efecto de calentamiento total de todos los gases de efecto invernadero.
Medidas de adaptación
Para contrarrestar estos desafíos, se están implementando diversas estrategias. En Filipinas, por ejemplo, se han establecido escuelas de campo donde 500 agricultores han aprendido sobre variedades de arroz resistentes al clima y nuevas técnicas de manejo de cultivos que equilibran el uso de tecnología con la sostenibilidad ambiental.
Además, en Camboya, proyectos como WAT4CAM buscan promover una transición agroecológica en los sistemas de cultivo de arroz, favoreciendo la diversificación de cultivos y la gestión sostenible del agua.