Redacción: Inés Arroyo
El calentamiento global no solo afecta el clima y los ecosistemas, también está provocando un aumento en la población de ratas en las ciudades. Un estudio publicado en Science Advances revela que los roedores han crecido de manera significativa en urbes con temperaturas cada vez más altas.
Investigadores analizaron datos de control de plagas en 16 ciudades durante hasta 17 años y encontraron que lugares como Washington D.C., Nueva York, San Francisco, Toronto y Ámsterdam han registrado un fuerte incremento en la presencia de ratas. La principal razón es la reducción de los inviernos fríos, lo que les permite alimentarse y reproducirse con mayor facilidad.
El impacto económico es grave. En Estados Unidos, las ratas causan daños por 27,000 millones de dólares al año, afectando infraestructuras, cultivos y alimentos. Sin embargo, los departamentos de control de plagas carecen de recursos para medir el problema con precisión.
Además del clima, la urbanización y el crecimiento poblacional han favorecido su expansión. Sin embargo, algunas ciudades han logrado controlar la situación. Nueva Orleans ha reducido su número de ratas con programas efectivos de control de plagas y educación ciudadana. Tokio ha logrado mantener bajas sus cifras gracias a la presión social: los ciudadanos reportan la presencia de ratas en redes sociales, lo que obliga a los comercios a mejorar sus condiciones sanitarias.
Los expertos advierten que, aunque las estrategias varían, el problema sigue creciendo. “Las ratas son extremadamente adaptables y están aprovechando el cambio climático para expandirse”, señala Jonathan Richardson, ecólogo urbano de la Universidad de Richmond.
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