Redacción: Amairany Ramírez
El cambio climático ya no es solo una preocupación lejana; se está convirtiendo rápidamente en una de las mayores amenazas para la vida animal en nuestro planeta. Hasta ahora, las principales razones detrás de la pérdida de animales y plantas (biodiversidad) han sido la sobreexplotación de recursos y la destrucción de sus hogares naturales (alteración de hábitats). Sin embargo, un nuevo estudio realizado por científicos de México y Estados Unidos advierte que el calentamiento global podría convertirse en la tercera gran causa de esta pérdida de vida en la Tierra.
Publicado en la revista BioScience, este análisis es un llamado de atención urgente. El director del estudio, William Ripple, catedrático de Ecología de la Universidad Estatal de Oregón, es claro: “Estamos al principio de una crisis existencial para los animales salvajes”.
El equipo de investigadores analizó una gran cantidad de datos, estudiando 70,814 especies de animales de 35 grupos diferentes. Sus hallazgos son preocupantes: al menos una cuarta parte de las especies en seis grupos distintos, incluyendo criaturas como arácnidos (arañas y escorpiones), ciempiés, medusas y corales, ya se encuentran seriamente amenazadas debido al cambio climático.
Existe una preocupación especial por los animales invertebrados que viven en el océano. Estas criaturas absorben una gran parte del calor adicional provocado por el cambio climático y, a diferencia de otros animales, no tienen la facilidad para moverse y escapar rápidamente cuando las condiciones se vuelven extremas. Esto los hace particularmente vulnerables.
El estudio documenta varios ejemplos alarmantes de cómo los fenómenos extremos relacionados con el clima, como las olas de calor, están causando la muerte masiva de animales. Entre ellos se destaca la desaparición de más de 10 mil millones de cangrejos de nieve en el Mar de Bering desde 2018, o la muerte de 7 mil ballenas jorobadas vinculada a olas de calor en el Pacífico Norte. Incluso en la costa de Israel, el calentamiento del agua ha reducido en un 90% la población de moluscos, demostrando lo susceptibles que son estos invertebrados.
A pesar de estos datos impactantes, los científicos están preocupados por la falta de información recopilada sobre los riesgos del cambio climático para la vida salvaje, especialmente para los invertebrados. Mientras que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha evaluado el estado de conservación del 72.6% de las especies vertebradas, solo el 1.6% de los invertebrados ha recibido una atención similar. Esto es grave si consideramos que los invertebrados constituyen la gran mayoría de la diversidad animal.
Ante este panorama, los investigadores hacen un llamado urgente para crear una base de datos global que registre las muertes masivas de animales causadas por el cambio climático en todos los ecosistemas.