Redacción: Inés Arroyo
El calentamiento global está alterando el ciclo del agua, intensificando sequías y lluvias extremas en distintas partes del mundo. La causa principal es la quema de combustibles fósiles, que aumenta la temperatura y provoca cambios drásticos en el clima.
A medida que la atmósfera se calienta, absorbe más humedad, lo que prolonga las sequías. Cuando la lluvia llega, suele ser en forma de tormentas intensas que inundan ciudades y destruyen cultivos. Un ejemplo reciente ocurrió en Libia en 2023, cuando una tormenta desbordó presas y arrasó barrios enteros.
Los océanos también juegan un papel clave. Al acumular el calor del planeta, elevan el nivel del mar y generan huracanes más poderosos. Además, la reducción de la capa de nieve está afectando el suministro de agua en muchas regiones, lo que agrava la escasez hídrica.
Los expertos advierten que estos cambios no son naturales. Sin embargo, aún es posible frenar el impacto si se reducen las emisiones de gases contaminantes y se toman medidas para proteger el medio ambiente.
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