Redacción: MaJo Gutiérrez

El Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta se pronunció en una conferencia de prensa tras un logro histórico: la inscripción de la Ruta Wixárika por los Sitios Sagrados a Wirikuta (Tatehuari Huajuyé) en la Lista del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO el 12 de julio de 2025. Este reconocimiento internacional, fruto de 30 años de trabajo de la comunidad y sus aliados, abarca un corredor biocultural de 600 kilómetros a través de Nayarit, Jalisco, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí, y se sustenta en el Valor Universal Excepcional de la relación ancestral e indivisible del pueblo Wixárika con sus territorios sagrados, que son testimonio del profundo conocimiento mesoamericano sobre la interrelación entre la cultura y el entorno natural. La ruta, compuesta por 20 polígonos y más de 120 sitios sagrados, demuestra la interconexión espiritual que los peregrinos mantienen con las esencias de la vida, que se manifiestan en mares, ríos, bosques y cuevas, desde la costa de Nayarit hasta el desierto potosino.
Durante la conferencia, los representantes hablaron de todas las razones y causas del porqué ellos quieren alzar la voz y dar a conocer la problemática que están viviendo. Mencionaron que piden que se incrementen esfuerzos en la protección del peyote (híkuri) y frenar el saqueo por parte de grupos que no pertenecen al pueblo Wixárika, quienes lo han llevado a peligro de extinción. Sin embargo, el triunfo no significa el fin de la batalla. El corazón de este territorio sagrado, Wirikuta lugar donde nació el Sol y se encuentra el Venado Azul, sigue gravemente amenazado. El Consejo denunció que existe un otorgamiento de 78 concesiones mineras a cielo abierto (de empresas nacionales y extranjeras como First Majestic Silver Company y Frisco), que representan cerca del 70% de las 140,212 hectáreas reconocidas como Área Natural Protegida Estatal en San Luis Potosí. A esta amenaza se suma la expansión de la agroindustria ilegal, que desmonta cientos de hectáreas y acelera la sobreexplotación del acuífero Vanegas-Catorce (DR_2401), privando de agua a los habitantes locales y alterando el frágil equilibrio ecológico. La zona de Wirikuta es, además de cultural, una de alto valor ecológico, pues forma parte del Desierto Chihuahuense, una ecorregión de relevancia planetaria por su alta biodiversidad y los servicios ambientales que brinda a la sociedad en su conjunto.
Ante las nuevas obligaciones internacionales adquiridas por el Estado Mexicano con la UNESCO, el Consejo Regional Wixárika, conformado por autoridades tradicionales, agrarias y civiles desde abril de 2011, emitió cinco exigencias contundentes. La principal es la cancelación inmediata de todas y cada una de las concesiones mineras vigentes tanto en la Sierra de Catorce como en el bajío de Wirikuta, haciéndose eco de la primera recomendación emitida directamente por el Comité del Patrimonio Mundial: “Prohibir actividades mineras”. Otras exigencias incluyen elevar la protección del Área Natural Protegida a rango federal, reconocer y apoyar las formas ancestrales de organización del pueblo wixárika para la gestión, y adoptar políticas de desarrollo sostenible con enfoque inclusivo y participativo con los habitantes locales, evitando así la explotación del territorio.
Las autoridades que conforman el CRW hicieron un llamado a hacer valer la legislación mexicana, incluyendo la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y el Artículo 2 Constitucional en Materia Indígena. La inscripción de la ruta, que cuenta ya con diversas figuras de protección como la Reserva Natural y Cultural de Wirikuta y el Decreto Presidencial para Sitios Sagrados, implica que el Estado mexicano debe tomar acciones decisivas, aun cuando la audiencia del amparo presentado por el pueblo contra las concesiones mineras se encuentra próxima a celebrarse. El Consejo rechazó categóricamente la difamación y criminalización de su defensa, reiterando que su lucha es por la vida y por la conservación del patrimonio que “ilustra la interrelación entre la cultura y el entorno natural”. Sin embargo, si hicieron hincapié en que el hecho de estar pidiendo estas cosas, y queriendo proteger su espacio, ha sido el motivo por el cual algunos de sus compañeros han sido víctimas de secuestros y en algunos casos, haber sido desvividos tras continuar con esta lucha por el patrimonio. Así como también resaltaron que ese lugar ha sido parte de su vida siempre, y que todo lo que en él habita para ellos es una fuente de energía y poder ancestral que ellos tienen presente, pues eso ha venido existiendo desde generaciones atrás. “Wirikuta no se vende, se ama y se defiende!”, concluyeron en su enérgico pronunciamiento emitido en la Ciudad de México el 2 de diciembre de 2025.
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