Redacción: MaJo Gutiérrez
La costa patagónica es hogar del cormorán imperial (Leucocarbo atriceps), una de las aves marinas más importantes para el equilibrio ambiental de la región. Su salud y supervivencia son un indicador clave del estado de los ecosistemas marinos, lo que ha impulsado a la comunidad científica a desarrollar proyectos innovadores para su estudio y conservación.
Para enfrentar las amenazas que acechan a esta especie como la pérdida de hábitats, el desarrollo turístico y la presencia humana, la becaria del CESIMAR-CONICET, Magalí Olmedo Masat, lidera una investigación de vanguardia. Su proyecto, reconocido por la American Ornithological Society (AOS), combina el uso de imágenes satelitales con vuelos de drones, avionetas y observaciones de campo para monitorear las colonias del cormorán.
Esta unión de ciencia y tecnología permitirá estimar con mayor precisión el tamaño de la población del cormorán imperial, así como detectar cambios en el uso de su territorio. La información recabada será crucial para la gestión de áreas protegidas como el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, en Chubut, y servirá de base para la creación de políticas públicas enfocadas en la conservación de esta y otras especies en el Atlántico Sur.
Aunque el cormorán imperial no se considera una especie amenazada a nivel global, su futuro enfrenta serios desafíos. La investigación de Olmedo Masat no solo fortalece la capacidad científica de Argentina en materia de conservación, sino que también subraya la urgencia de proteger a estas aves que actúan como guardianas de la salud de uno de los ecosistemas más ricos del planeta.
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