Redacción: Guicel Garrido
Un nuevo hallazgo realizado por un equipo de investigadores de diversas instituciones americanas ha puesto a relucir uno de los misterios más grandes del mundo de la biología: el origen de las aves modernas.
Se trata de un encuentro con restos fósiles de unos de los primeros antepasados de las aves acuáticas actuales, denominada por los científicos como “el ave moderna más antigua conocida”. Un tesoro paleontológico que evidenció la importancia de la Antártida como punto de partida para la evolución de las aves modernas
¿Por qué este descubrimiento es importante?
Gracias a estos fósiles, ahora es posible comprender cómo la Antártida sirvió de refugio para estas aves frente a la extinción masiva en el período cretácico que puso fin a los dinosaurios y aves no conocidas.
«Este fósil subraya que la Antártida tiene mucho que decirnos sobre las primeras etapas de la evolución moderna de las aves», asegura el Dr. Patrick O’Connor, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Ohio.
Se trata de un cráneo casi completo que hará posible un estudio más profundo sobre este tipo de aves. Pese a que la existencia de esta especie fue confirmada por primera vez hace 20 años por la Dra Julia Clarke, no se había logrado conseguir hasta ahora:
«El cráneo conserva rastros de poderosos músculos de la mandíbula útiles para superar la resistencia del agua mientras se sumergen para atrapar peces», señala la universidad, destacando que se trata de características consistentes con otras partes de su esqueleto, que sugieren que tenía una estrategia de alimentación diferente a la de las aves acuáticas modernas.
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