Este Día Mundial de la Energía, que coincide con la celebración de San Valentín, la humanidad tiene la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de un uso responsable y sostenible de los recursos energéticos. Esta efeméride también busca promover el empleo de energías limpias provenientes de fuentes naturales como el Sol y el agua, destacando su impacto positivo en el medio ambiente.
La celebración de este día busca contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de la ONU. Entre estos objetivos se encuentran garantizar el acceso universal a fuentes de energía asequibles y modernas, expandir el uso de energías renovables y mejorar la eficiencia energética.
La fecha fue instaurada en 1949 con el propósito de sensibilizar a la población mundial sobre la importancia del uso de fuentes de energía alternativas y renovables, como la solar, eólica y de biomasa, con el fin de reducir la dependencia de combustibles fósiles como el petróleo, gas y carbón, principales causantes del calentamiento global.
Según datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, más de un tercio de la población mundial carece de acceso a formas avanzadas de energía, mientras que los 30 países más desarrollados del planeta consumen más del 60 por ciento de estas energías diariamente y de manera ininterrumpida.
Se estima que aproximadamente el 13 por ciento de la población mundial, alrededor de mil 100 millones de personas, no cuenta con acceso a servicios básicos de electricidad. Además, el uso de combustibles fósiles como el petróleo, gas y carbón representa el 80 por ciento del total, mientras que solo se genera un dos por ciento de energías renovables. Por ello, se busca revertir esta realidad que tiene un impacto negativo en la naturaleza y el medio ambiente.
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