Redacción Frida Mendez
Se divulgan las proyecciones sobre el consumo de carbón en China y sus esfuerzos para diversificar las fuentes de energía para disminuir su dependencia de este recurso mediante la utilización de energías renovables. De acuerdo con un estudio reciente, se estima que China logre su nivel más alto de consumo de carbón en 2025, debido a sus iniciativas para fortalecer el uso de energías renovables, como la energía solar y eólica. China es el principal consumidor global de combustibles fósiles, y pese a que su dependencia del carbón continúa siendo elevada, la implementación de fuentes de energía verde está creciendo a niveles récord.
El informe, elaborado por el Centro para la Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) de Finlandia y la Sociedad Internacional para el Estudio de la Transición Energética (ISETS) de Australia, muestra que el 52% de los especialistas consultados anticipan que el uso de carbón en China llegará a su punto máximo el próximo año. No obstante, un 36% de los especialistas consideran que este límite ya ha sido alcanzado. Esto señala una variación en las expectativas respecto al uso de carbón en China en relación con años anteriores.
A pesar de los desafíos de alcanzar la neutralidad de carbono en una economía en rápido crecimiento como la de China, los esfuerzos del país parecen estar dando frutos. Durante el primer semestre del presente año, los permisos para nuevas centrales de energía a carbón disminuyeron en un 83%, y no se han concedido autorizaciones para nuevos proyectos siderúrgicos basados en carbón. Los expertos se muestran optimistas ante la aceleración en la implementación de plantas solares y eólicas, las cuales posibilitarán a China alcanzar sus objetivos de capacidad energética mucho antes de lo anticipado.
Sin embargo, persisten inquietudes sobre el futuro de las emisiones de gases de efecto invernadero de China. Pese a que la producción de energía eléctrica a partir de carbón continúa siendo elevada, se anticipa un descenso en su crecimiento en los próximos años. El objetivo de China es lograr el nivel más alto de sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, y posteriormente disminuirlas progresivamente hasta su eliminación total hacia 2060. De todas formas, algunos expertos aún piensan que las emisiones podrían continuar incrementándose hasta 2030 y decaer de forma muy gradual tras ese año.
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