En la lucha constante contra los efectos del cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales, la reciclabilidad de las latas de aluminio desempeña un papel esencial. La Global Footprint Network (GFN) lleva 17 años calculando el Día de la Sobrecarga de la Tierra, una fecha que señala cuándo la humanidad ha superado la capacidad de regeneración de la Tierra para ese año. Para 2023, esa fecha fue el 2 de agosto.
En el camino hacia la adopción de una economía circular, las latas de aluminio se destacan como un ejemplo práctico de consumo con un impacto mínimo en la extracción de los recursos naturales del planeta. Para ilustrar este punto, la Ball Corporation, empresa líder en envases de aluminio sostenibles, ha compartido una lista de mitos y verdades en torno a estos envases.
Contrariamente a la creencia popular, el aluminio reciclado representa una cantidad relevante en su industria, y su uso puede disminuir significativamente la demanda de aluminio primario. De hecho, se estima que el 75% de todo el aluminio producido en el mundo sigue en circulación, gracias a sus propiedades únicas que permiten un reciclaje infinito sin ninguna pérdida de calidad.
La lata de aluminio es conocida por su alta reciclabilidad, y contrariamente a otro mito, no sufre el proceso de downcycling, lo que significa que sus propiedades no se ven afectadas por el proceso de reciclaje. Este hecho se refleja en su corto ciclo de vida, con latas que pueden regresar a los estantes en tan solo 60 días tras su desecho y reciclaje.
A pesar del mito de que no todas las latas regresan como latas después del reciclaje, este hecho no es negativo. Gracias a que el aluminio no pierde propiedades durante el proceso de reciclaje, es común que los productos reciclados se utilicen en otros sectores, como la electrónica y los vehículos eléctricos.
Además, el sabor de las bebidas enlatadas no se ve afectado, ya que las latas están revestidas con una resina que protege el contenido y evita cualquier interacción con el aluminio.
Por otro lado, el proceso de reciclaje de latas de aluminio tiene importantes beneficios ambientales. Se consume un 95% menos de energía en comparación con la producción de aluminio primario, lo que resulta en menores emisiones de gases de efecto invernadero y la conservación de las reservas naturales de bauxita.
Finalmente, el reciclaje de latas de aluminio no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también proporciona un impulso económico a las familias de recicladores. Según Abralatas, entre 2005 y 2021, se generaron más de 20 mil millones de reales en ingresos adicionales para estas familias.
«La demanda humana corresponde a más de 1,6 planetas Tierra, y los datos sugieren un consumo equivalente a dos planetas mucho antes de que lleguemos a mediados de este siglo», reflexiona Estevão Braga, director de Sustentabilidad de Ball Corporation en América del Sur. En respuesta a estos alarmantes datos, Braga hace un llamado a la necesidad de opciones más sostenibles, como las latas de aluminio, que se presentan como un perfecto ejemplo de economía circular.
Agregar comentario