Redacción Melissa Paniagua
Las festividades alrededor del mundo suelen dar lugar al espectáculo de fuegos artificiales: cohetes y explosiones coloridas que iluminan el cielo nocturno. Sin embargo, detrás de esta función, los animales y las personas resultan perjudicados, ya que causan un serio daño al medio ambiente y a la salud humana.
Los fuegos artificiales, con su ruido y luminosidad, provocan pánico en los animales. Se ha registrado que tanto animales salvajes como domésticos muestran claros signos de miedo y angustia.
El estallido de los cohetes provoca que los animales salvajes huyan; los radares meteorológicos han captado el desplazamiento masivo de aves, así como la estampida de leones marinos y focas. Según Bill Bateman, profesor de ecología de la Universidad Curtin de Australia, esta reacción precipitada agota la energía de los animales y puede generar daños a largo plazo.
Cuando los fuegos artificiales asustan a las aves, estas pueden abandonar sus nidos, dejando a sus huevos desprotegidos y vulnerables ante los depredadores y otras amenazas. Además, los cohetes pueden ser letales para las aves, como en el caso de 2022 en Taylor, Texas, donde aves desorientadas por la pirotecnia se impactaron contra transformadores eléctricos.
A corto plazo, la pirotecnia no solo eleva la contaminación del aire, sino que también liberan sustancias toxicas que terminan en el agua y el suelo. Estos residuos representan un daño duradero para la salud humana.
La contaminación del aire empeora las enfermedades respiratorias y cardiacas, además de estar ligada a otros problemas de salud. Asimismo, se han encontrado sustancias toxicas relacionadas con los fuegos artificiales, como el perclorato.
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