Cambio climático Clima y Crisis

El lado invisible de la IA: su costo ambiental

Redacción: Carolina Herrera 

La presencia de la IA en la vida cotidiana no es gratuita para el planeta, detrás de cada consulta o tarea sencilla hay un consumo de energía, agua y emisiones de efecto invernadero.  

árbol

Este impacto no es visible para las personas, pero existe. El uso de la Inteligencia Artificial se compone de un consumo de energía, el cual a menudo es generada por combustibles fósiles. Los cuales provocan la liberación de gases de efecto invernadero (GEI). Convirtiendo la presencia de la IA en una invisible contribución en el cambio climático.  

“Dado que tratamos de construir centros de datos a un ritmo en el que no podemos integrar más recursos de energía renovable en la red, la mayoría de los nuevos centros son alimentados por combustibles fósiles”, detalló el investigador de computación e impacto climático del Consorcio de Clima y Sostenibilidad del MIT, Noman Bashir.  

Además para llevar a cabo cada función, como ser motores de búsqueda, procesar textos, crear imágenes y demás, la inteligencia artificial se alimenta en gran medida de centros de datos. Estos ocupan agua para enfriarse después de generar calor con cada consulta o uso. Según un artículo del Instituto de Estudios Ambientales y Energéticos, los más grandes llegan a consumir hasta 18,9 millones de litros. Equivalente a la demanda diaria de agua en una ciudad de hasta 50.000 personas.  

A pesar de no notarlo, estas afectaciones ocurren más de lo que se piensa y la paradoja de Jevons puede explicar un poco el porqué. Esto explica como la mejoría de estas herramientas digitales genera, irónicamente, un aumento en el consumo total y en una mayor demanda de ellas en vez de disminuirlo.  

Huella ambiental de la IA 

Cuantificar genéricamente las contribuciones de la Inteligencia Artificial en el calentamiento global contempla una recopilación de información que hoy en día son incompletas y contradictorias. Por lo que no hay cifras exactas.  

Sin embargo, el profesor de nuevos medios de la Universidad de Maine, Jon Ippolito creó una aplicación (basada en datos limitados) que puede comparar la huella ambiental de diferentes consultas en la IA.  

Según se calcula que se usa 23 veces más de energía en una simple y cotidiana solicitud como “Dime la capital de Francia”. Mientras que en una consulta un poco más compleja, como “Dime cuántos ositos de goma podrían caber en el océano Pacífico” , usa 210 veces más energía que la búsqueda en Google sin IA.  

También se descubrió, según la aplicación del profesor, que la creación de un video de tan solo tres segundos equivale aproximadamente, al uso de 15.000 veces más de energía.  

Ippolito estima que aproximadamente el 85% del uso de energía de los centros de datos, es por la recopilación de datos de aplicaciones como TikTok e Instagram, junto con las criptomonedas.  

“No se trata solo de hacer que la gente sea consciente del impacto de la IA, sino también de todas las actividades digitales que damos por sentadas” concluye.  

image 54

¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ

Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ

octubre 2025
DLMXJVS
 1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031 
Movilidad
Facebook
X (Twitter)
YouTube
Instagram
Tiktok