La columna del día Ricardo Burgos

El metro, un caos en tiempos de lluvia, en vacaciones y siempre

El metro, un caos en tiempos de lluvia, en vacaciones y siempre

Por Ricardo Burgos Orozco

A través de sus 12 líneas, en el Sistema de Transporte Colectivo Metro viajan diariamente alrededor de cinco millones de personas. Las rutas con mayor número de usuarios son la 2 que circula de Taxqueña a Cuatro Caminos; la 3 de Ciudad Universitaria a La Raza; la 8, de Garibaldi a Constitución de 1917; la B, de Ciudad Azteca a Buenavista, y la A, de Pantitlán a La Paz.

Pese a que se ha hablado de mantenimiento permanente, la realidad es que el Metro tiene fallas constantes en todas sus líneas, sobre todo en época de lluvia. Son notorios los retrasos, especialmente en la Línea B prácticamente todo el día, pero se observa más en las horas pico en la mañana y en las tardes cuando hay un mayor flujo de gente.

Desde que se incrementó el precio del boleto del Metro, el 13 de diciembre de 2013, las autoridades de aquel tiempo justificaron el aumento con la afirmación que gracias a ello se iba a mejorar el servicio. Sin embargo, no sucedió así; al contrario, se han agravado los problemas de movilidad en ese transporte con las consabidas quejas a cada rato por parte de los usuarios.

El asunto se agravó con el accidente del 3 de mayo de 2021 en la interestación Olivos y Tezonco de la Línea 12 con el fatídico resultado de 26 personas muertas y 100 más que resultaron heridas, algunas de gravedad o con secuelas de por vida. Esperemos que un acontecimiento de tal magnitud no se vuelva a repetir.

Con las vacaciones estudiantiles en todos los niveles ha bajado mínimamente el número de pasajeros, pero continúa habiendo muchos retrasos y molestias de miles de personas que desean llegar a tiempo a su destino. Además, hay un número indeterminado de escaleras eléctricas que no funcionan y las autoridades del Metro han cerrado accesos de entrada y salida sin causa justificada lo que puede provocar una tragedia en horas en que los usuarios se arremolinan en esas áreas; un ejemplo, en la estación Barranca del Muerto de la Línea 7.

El próximo gobierno de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, ha prometido continuidad en gran parte de las dependencias. Todavía no está decidido si continuará el actual director del Metro, Guillermo Calderón Aguilera, pero él o quien lo sustituya, debe darle continuidad a la revisión exhaustiva en todas las líneas. Ya hubo mantenimiento mayor en la Línea 1; esperemos que continúe esa práctica en las demás.

Alguna vez dijo el expresidente Miguel de la Madrid Hurtado que el Metro es un mal necesario. Es cierto porque, bien que mal, en la Ciudad de México se ha convertido en nuestra forma más popular de transporte. Toca al gobierno hacer todo lo posible por mejorarlo, cueste lo que cueste.

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