El mes de julio de 2023 pasará a la historia como el más caluroso jamás registrado. Sin embargo, lo que ha generado mayor preocupación es el anuncio reciente de la Agencia Espacial Europea, que reveló que este calor extremo impulsó la temperatura media global 1.5 ℃ por encima de los niveles preindustriales.
Este sorprendente logro climático ha llevado a muchos a cuestionar si hemos superado el objetivo crucial del Acuerdo de París de 2015, que buscaba limitar el aumento de la temperatura a 1.5 ℃. Pero la respuesta no es tan simple.
El umbral de 1.5 ℃ se cruzó durante el mes de julio de 2023, marcando un hito preocupante en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, este no es un punto de no retorno definitivo. Ya antes, en febrero de 2016, se había superado brevemente este umbral.
¿Qué significa realmente este límite de 1.5 ℃? En 2015, tras intensos debates, 195 naciones adoptaron el Acuerdo de París con un objetivo claro: limitar el calentamiento global para evitar los peores efectos del cambio climático. El 1.5 ℃ se estableció como un umbral crítico, ya que se considera que más allá de este punto, los daños serían mucho más graves.
El «nivel peligroso» de cambio climático se refiere a situaciones en las que los daños son generalizados y amenazan las economías, los ecosistemas y la agricultura, además de representar un riesgo de puntos de inflexión irreversibles, como el colapso de las capas de hielo o de las circulaciones oceánicas.
Aunque el umbral se cruzó en julio de 2023, es importante recordar que el clima está sujeto a variaciones naturales. Los últimos años han sido más cálidos de lo habitual, pero también influyeron eventos como La Niña. En este año, la aparición de El Niño en el Pacífico contribuyó significativamente al aumento del calor.
Según las investigaciones más recientes, se estima que superaremos el umbral de 1.5 ℃ a principios de la década de 2030. Esto nos ubica peligrosamente cerca de una línea roja, pero aún no hemos cruzado por completo.
¿Es posible evitar cruzar esa línea? La respuesta depende de recortes drásticos en las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, si no se toman medidas significativas, es probable que superemos el objetivo de París en la próxima década.
A pesar de los desafíos, no debemos rendirnos en la lucha contra el cambio climático. Cada fracción de grado de aumento en la temperatura global importa, y cuanto más cerca estemos del límite de 1.5 ℃, mejor. Incluso si superamos este umbral, la posibilidad de revertir la tendencia mediante la reducción de emisiones y la absorción de gases de efecto invernadero sigue siendo una esperanza que no debemos abandonar.
La crisis climática es un recordatorio urgente de la necesidad de tomar medidas concretas para mitigar el cambio climático y proteger nuestro planeta y sus habitantes de sus impactos cada vez más devastadores.
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