Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna
El cambio climático ya no es un fenómeno lejano: en Tlayacapan, Morelos, los productores de aguacate viven en carne propia sus consecuencias.

Daniel Flores, agricultor de la región, reportó que su producción se ha desplomado drásticamente debido a las condiciones climáticas irregulares. Sequías más prolongadas, lluvias intensas fuera de temporada y plagas más resistentes han hecho casi imposible mantener el mismo rendimiento que en años anteriores.
Uno de los mayores problemas es el incremento en los costos de fumigación. Según Flores, actualmente debe gastar más de 4 mil pesos solo para intentar controlar las plagas que se multiplican por las variaciones del clima. Este gasto extra se suma a la caída en los volúmenes de cosecha, afectando directamente a la economía familiar y poniendo en riesgo la viabilidad del cultivo en la región.
El aguacate, considerado “oro verde” por su valor en el mercado nacional e internacional, es una de las principales fuentes de ingresos en comunidades como Tlayacapan. Sin embargo, cuando los productores enfrentan pérdidas tan grandes, no solo se ve afectada su economía, también se resiente la cadena de valor que va desde la cosecha hasta la mesa del consumidor. Menor producción puede significar precios más altos y menor disponibilidad del producto.
Este caso refleja lo que ocurre en muchos rincones de México: el cambio climático no solo daña los ecosistemas, también golpea directamente a la seguridad alimentaria y a quienes dependen del campo para sobrevivir. Lo que pasa en Tlayacapan con el aguacate es un llamado urgente a apoyar a los agricultores con políticas públicas, innovación agrícola y acciones reales frente a la crisis climática. Sin campo, no hay futuro.

¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ